Los fiscales Máximo Paulucci y Andrés Torino aseveraron este viernes que hasta el momento son solo dos los imputados, el capataz y el responsable de seguridad e higiene de la empresa Vial A, en las muertes de los operarios Claudio Olgado y Ezequiel Uriarte en una boca de registro de cloacas de Santa Rosa. “Encontramos una inobservancia en los controles que manda la legislación laboral a efectos de ingresos a espacios confinados”, dijo Torino.
Ambos fiscales brindaron una conferencia de prensa en el Centro Judicial de Santa Rosa donde ampliaron la información publicada ayer por Diario Textual sobre la segunda imputación en la causa que investiga la muerte de los dos operarios.
Confirmaron que hasta el momento hay dos imputados: el capataz de la obra, que fue el que envió a las víctimas fatales a bajar al sistema cloacal, pese a que no estaban capacitados ni tenían los elementos de seguridad para hacer la tarea, y el encargado del área de seguridad e higiene del obrador de la empresa Vial A, quien no habría dado la capacitación necesaria a los trabajadores.
“El tipo penal prevé supuestos de negligencia, impericia o inobservancia del reglamento, es decir, hacer de más, hacer de menos o no observar la normativa a cargo. Eso está incluido dentro de la hipótesis”, dijo Paulucci.
“No podemos tener certezas de que estas dos personas son las únicas imputadas porque no seríamos serios ya que puede haber producción de pruebas que modifiquen la cuestión. Pero por ahora la fiscalía sostiene estas imputaciones y no ha encontrado, ni siquiera a modo de sospecha, otra persona responsable”, explicó.
En este sentido, el fiscal descartó por el momento alguna responsabilidad sobre el empresario dueño de Vial A. “Esa persona no está sospechada ni sometida a proceso en función de cómo evolucionó la investigación hasta este momento”, dijo.
El trágico hecho ocurrió el pasado 22 de octubre, en una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa.
Según se ha determinado, no contaban con máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.
Los investigadores, hasta el momento, han determinado que Olgado bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Uriarte corrió hasta una heladería de la esquina y pidió a una empleada que llamara a la Policía o bomberos. Luego intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.
Ambos murieron, en el Hospital Favaloro, por “anoxia cerebral, insuficiencia respiratoria y asfixia por inhalación de sulfuro de hidrógeno”. También fue afectado un bombero que bajó a rescatarlos.
Hace diez días, la abogada querellante María Victoria Rambur dijo a Diario Textual que además del capataz hay más responsables. Entre otros, sostuvo, técnicos de seguridad e higiene que no hicieron las capacitaciones adecuadas. Uno de ellos es el que ahora fue imputado por el fiscal.
Los investigadores, además, tienen la presunción de que la empresa no había establecido los términos de distribución de funciones. En rigor, había otro empleado que estaba capacitado y autorizado a hacer esas tareas, pero ese día se ausentó por un problema personal. “Ezequiel y Claudio no debían haber estado haciendo esas tareas. Pero los presionaron tanto que fueron a hacer ese trabajo”, contó la abogada a Diario Textual.
