La licenciada en psicología y especialista en salud mental, Alicia Stolkiner, contó en Radio Textual (Radio Kermés 106.1) que la actual situación económica y social provocó una suba del malestar en la sociedad argentina. “Estamos con indicadores de sufrimiento alto”, alertó, y los servicios de salud mental están “desbordados”. Lamentó que el actual Gobierno nacional esté “destruyendo un sistema de salud que fue modelo en Latinoamérica”.
Stolkiner se desempeña como docente de la cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la UBA, y tiene sobrada experiencia en la temática.
“Actualmente el ajuste y los recortes de personal y servicios afecta a las residencias de salud mental que dependen de Nación de todo el país. No solo afecta al hospital Laura Bonaparte, sino a todas las provincias que tienen acuerdo con el Gobierno nacional sobre programas de salud mental”, aseguró Stolkiner
Reveló que por la motosierra de Milei están desapareciendo las residencias interdisciplinarias de salud mental y las profesiones, transformando los pocos servicios de salud mental que quedan en pie en “depósitos de gente arrumbada”.
“Debe haber mas compromiso del Estado, más programas y más servicios porque la demanda aumenta y se desfinancian los programas. La gente que va a los servicios no tiene ninguna atención. Se encomiendan a Dios, a las fuerzas del cielo”, dijo.
-¿Y cómo ve a la sociedad argentina en este contexto de problemas sociales y económicos graves?
-Estamos con indicadores de niveles de sufrimiento alto y un incremento del malestar. Los servicios de salud mental están desbordados y esto en general sucede en las grandes crisis, no es una novedad. Lo hemos estudiado desde la crisis de 1930 en adelante.
-¿Cuáles son las problemáticas con las que llega la gente?
-Es cada vez más complejo e incluyen situaciones de violencia. Y no pasa solo en el sistema de salud mental. Yo nunca había visto en una guardia situaciones de violencia contra los médicos que están de guardia. Y como hay reducción de personal y achique, las esperas son largas y se rompe el vínculo profesional-paciente. Están destruyendo el sistema de salud que fue modelo en Latinoamérica.