Dirigentes rurales de la Mesa de Enlace brindaron un fuerte respaldo a la barrera sanitaria que impide el paso de carne con hueso al sur del río Colorado y coincidieron que debe mantenerse para preservar el estatus patagónico de zona libre de aftosa sin vacunación. Entre los ruralistas estuvo el pampeano Ulises Forte, de la Federación Agraria Argentina, el único que se opuso a la prohibición.
En la reunión estuvieron además de la Mesa de Enlace, ministros del agro de la Patagonia y el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta.
A mediados del mes pasado, el Senasa publicó la resolución 180/2025, que establece condiciones sanitarias para el ingreso de carne, productos cárnicos y material reproductivo a la región patagónica. Horas después, el Gobierno dio marcha atrás con la medida y la postergó por 90 días.
Los integrantes de la Mesa de Enlace que participaron fueron Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA); Lucas Magnano, presidente de Coninagro; Ulises Forte, director del Distrito 8 de la Federación Agraria Argentina (FAA) y Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
“De ninguna manera la barrera sanitaria se elimina. La barrea sigue firme, no se termina. Va a seguir funcionando. El Senasa fue contundente: la opinión científica es sólida, muy concreta. Pero, además, esto no es solo una medida sanitaria: también hay un componente comercial, de desarrollo regional, que hay que mirar con responsabilidad”, dijo Pino al diario La Nación.
El dirigente valoró el trabajo sostenido de las provincias del sur a lo largo de este tiempo para conservar el estatus. “Los patagónicos hace más de 20 años que vienen cuidando su barrera, y eso les permitió ser reconocidos como zona libre de aftosa sin vacunación. Eso es un logro, y hay que respetarlo”, precisó.
Aunque admitió que podrían evaluarse cambios puntuales, dejó en claro que debe hacerse con diálogo y sin poner en riesgo los logros sanitarios. “Se puede trabajar para generar algunas condiciones para que la Patagonia pueda recibir algunos cortes de carne, quizás con huesos. Hay que ir viendo eso, y siempre priorizando que no pierdan su estatus sanitario. Cuidar la barrera es cuidar el comercio de la Patagonia“, acotó.
Castagnani, de CRA, también remarcó el tono positivo en el que se desarrolló la reunión. “Hay un consenso en tomar todas las miradas y todos los pedidos para no perjudicar a ninguna de las partes. La Patagonia es libre sin vacunación, el resto del país libre con vacunación. Esa diferencia existe, y no se puede pasar por alto”, dijo. Durante el encuentro se puso sobre la mesa que el Gobierno tiene 60 días para tomar una definición y se resaltó que ya se empezó a trabajar en la revisión de los puntos más sensibles. “Quedamos en rever ciertos puntos. No se habló de levantar la barrera, eso fue un malentendido. El Gobierno tomó nota de todo lo que se planteó”, aclaró. “No se levanta la barrera. Lo que más preocupa es que la resolución afecte a los mercados ovinos de la Patagonia, que es una economía regional clave. También se mencionó que por el tema de la fruta y la mosca no hay motivo para preocuparse: no se modificarán los controles”.
Magnano, en tanto, resumió que “la reunión fue muy buena” para tratar de destrabar el conflicto. Desde Coninagro están en una posición intermedia. “Tenemos productores a ambos lados de la barrera y buscamos representar a todos”, dijo.
Destacó que el impacto de la resolución 180/2025 podría sentirse más en el sector ovino que en el bovino. “Estamos hablando mucho de carne bovina, pero la resolución puede afectar más a la producción ovina, que es muy importante en la Patagonia. El peligro es que se cierren mercados y eso sería grave”, planteó.
Recordó que la Argentina tiene un estatus sanitario único y es un país libre de aftosa. “Solo que en una parte se vacuna y en otra no. La Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA) dice que ambas condiciones son equivalentes. No hay dos estatus, eso es importante aclararlo», observó. Sobre los pasos a seguir, agregó que quedaron en seguir trabajando, aportando mejoras a la resolución sin afectar los intereses de nadie, y menos el estatus sanitario del sur. “Esto no es un levantamiento de la barrera, es una reconfiguración con el ingreso de la carne. Se corre bajo riesgo, el riesgo cero no existe. Quedamos en pensar aportes para mejorar la resolución para que no se sienta tocado ningún interés, y el Gobierno buscar la respuesta de los mercados sobre qué dirían si se toma esa resolución”, puntualizó.
El reclamo pampeano había comenzado con fuerza en 2015 y 2016, durante la administración de Carlos Verna. Pero ni Mauricio Macri ni luego Alberto Fernández le habían dado luz verde, pese a que se tenía comprobado, según técnicos de La Pampa, que la fiebre aftosa no se puede transmitir por carne con hueso.
La lucha contra esa enfermedad siempre mantuvo dividido al país en dos zonas, que han ido variando con las décadas, pero siempre se mantuvieron más o menos intactas: al norte de la barrera sanitaria de la Patagonia se vacuna contra esa zoonosis y, por lo tanto, los cortes vacunos con hueso (que pueden llevar el virus) no podían ingresar a la zona libre sin vacunación, al sur de ese límite. Esto provocó que por décadas no pudiera ingresar asado de La Pampa o Buenos Aires a ciudades como Neuquén o Bariloche, que solo podían ser provistas por la ganadería de la propia Patagonia a precios superiores.