La Justicia provincial ordenó una nueva pericia en la causa que investiga la muerte de dos operarios, Claudio Olgado y Ezequiel Uriarte, en una boca de registro de cloacas de Santa Rosa: abrirán los teléfonos celulares de ambos para determinar si hubo mensajes de algún superior con la orden de ingresar. Luego de esta diligencia se avanzará en la formalización de los imputados.
La pericia está programada para fin de este mes. Según confiaron fuentes judiciales a Diario Textual, se pedirá la apertura de los celulares de los dos operarios fallecidos para rastrear si hubo alguna orden previa al ingreso al sistema cloacal donde perdieron la vida. Concretamente, la Justicia quiere saber si ese pedido quedó registrado en una comunicación previa.
Por el caso hay dos imputados: el capataz de la obra al que se le imputa el delito de “doble homicidio culposo por violación de normas de cuidado”. Fue el que envió a las víctimas fatales a bajar al sistema cloacal, pese a que no estaban capacitados ni tenían los elementos de seguridad para hacer la tarea.
En tanto, al encargado de seguridad e higiene le imputan “negligencia, impericia e inobservancia del reglamento” por no haber dado la capacitación necesaria a los trabajadores.
Para los fiscales Máximo Paulucci y Andrés Torino hubo, de mínima, “inobservancia en los controles que manda la legislación laboral a efectos de ingresos a espacios confinados”.
Los investigadores, además, tienen la presunción de que la empresa no había establecido los términos de distribución de funciones. Es que había otro empleado que estaba capacitado y autorizado a hacer esas tareas, pero ese día se ausentó por un problema personal.
La tragedia ocurrió cerca de las 13 horas del martes 22 de octubre pasado, cuando empleados de la empresa Vial A realizaban una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa. Según se ha determinado, no contaban con máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.
La investigación determinó que Olgado bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Uriarte corrió hasta una heladería de la esquina y pidió a una empleada que llamara a la Policía o bomberos. Luego intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.
Ambos murieron, en el Hospital Favaloro, por “anoxia cerebral, insuficiencia respiratoria y asfixia por inhalación de sulfuro de hidrógeno”. También fue afectado un bombero que bajó a rescatarlos.
