Con un claro síntoma de preocupación, la Fundación Chadileuvú le envió una carta al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, ante el avance de emprendimientos mineros próximos a las cuencas de los ríos interprovinciales y, especialmente, por la posible afectación del río Colorado.
“Hacemos llegar esta carta abierta preocupados por los futuros emprendimientos mineros cercanos al río Colorado y que es el único cauce activo que corre en La Pampa. Nuestra provincia es la única que carece de ríos internos con agua, la causa de esto es la extinción de los ríos Atuel y Desaguadero-Salado-Chadileuvú-Curacó, fenómeno producido por la acción principalmente mendocina por el aprovechamiento total de los ríos para generar áreas de riego y desarrollo económico y social”, sostuvo la FuChad en uno de los primeros párrafos.
Y agregó: “La Pampa hoy depende exclusivamente de las aguas del Colorado. Nuestra provincia con 360.000 habitantes cuenta con aguas subterráneas escasas y de mala calidad, con excesos de cloruros y de elementos altamente perjudiciales para la salud humana e incluso animal como el arsénico y elflúor. Por esa razón, el acueducto del Colorado es hoy la principal fuente del vital elemento para 150.000 pampeanos, y está previsto -con su extensión al norte que la casi totalidad de sus habitantes abreven de las aguas de dicho río”.
“Por esa razón nos preocupa todo lo que le suceda al Colorado: sus aguas son el único recurso vital para la sobrevivencia provincial como territorio habitable y productivo. Sin sus aguas La Pampa no podría subsistir”, añadió la ONG pampeana.
Y remarcó que la minería en proximidades del río es un peligro latente para los que habitan en la cuenca media y baja: “Hoy, 260.000 argentinos bebemos el agua del río y en pocos años seremos 300.000 solo en nuestra provincia. Por otra parte, existen 260.000 has de cultivos de regadío en Neuquén, La Pampa, Río Negro y Buenos Aires que también potencialmente peligran”.
“La minería metalífera es altamente contaminante y con frecuencia se producen ‘accidentes’ como lo derrames de los diques de cola que contaminan los cauces cercanos (un antecedente que conviene recordares la reciente catástrofe en el río Atuel que destruyó caminos y dañó severamente varias represas, si un hecho similar se produjera en el área de los futuros emprendimientos mineros tendríamos la grave posibilidad de la contaminación de los ríos citados)”, argumentó la FuChad.
Y aseguró que los glaciares del área MDMO 1 y 2 son abundantes y constituyen las nacientes de los ríos Malargüe, Grande, Barrancas, Atuel y Diamante.
“Nos causa especial preocupación que los estudios de Impacto Ambiental realizados para la exploración minera carezcan de la seriedad adecuada tal como lo expresan importantes instituciones científicas como el IANIGLA, IADIZA y la UNCuyo. Sus informes señalan graves y groseros errores, omisiones, carencia de estudios in situ, utilización de información desactualizada, falta de geolocalización de los proyectos, ignorancia de las áreas de protección glaciaria y periglaciaria y las áreas protegidas, así como la falta de un estudio profundo sobre el uso del agua en las distintas cuencas. En el caso específico del Colorado importan especialmente la variación de la calidad de las aguas, los caudales variables y los posibles efectos del cambio climático en toda la cuenca”, agregó la FuChad.
Además, planteó que el río Colorado al ser interprovincial, con cinco provincias condóminas y la existencia de un Comité de Cuenca (COIRCO), es “obligatorio e imprescindible su actuación en dichos estudios”.
“Mendoza y La Pampa son provincias vecinas y hermanas, el futuro de ambas está entrelazado por intereses comunes. El cambio climático inevitablemente nos aproximará porque la crisis hídrica que se avecina determinará la necesidad de acuerdos que prioricen el desarrollo y bienestar de ambos pueblos”, finalizó la nota enviada al gobernador mendocino.