Este 14 de julio es el Día de los Derechos Humanos en La Pampa. La fecha hace alusión al ataque que sufrió la localidad de Jacinto Arauz, víctima del Terrorismo de Estado, el 14 de julio de 1976.
Ese día, 200 uniformados provenientes del Ejército, de la Policía provincial y de la Policía Federal del pueblo coparon la localidad de Jacinto Arauz, tomaron el Instituto Secundario José Ingenieros y detuvieron a numerosos vecinos.
El gobernador Sergio Ziliotto conmemoró la fecha, con una publicación en sus redes sociales titulada “Convertir el dolor y la atrocidad en una verdad que abraza”.
“El 14 de julio de 1976, Jacinto Arauz fue blanco de un operativo represivo del Ejército y la Policía. Docentes, estudiantes y vecinos fueron secuestrados, golpeados y torturados en centros clandestinos de detención locales. El mensaje fue claro: sembrar miedo y silenciar ideas”, dijo.
“La fecha no remite sólo a lo ocurrido en Arauz: es un hito que representa el horror vivido por todas las víctimas pampeanas. Porque La Pampa también fue parte del terrorismo de Estado, y nadie será olvidado. Hoy, a 49 años, la verdad sigue desarmando los discursos negacionistas”, agregó.
“Hace una semana, las Abuelas anunciaron al nieto 140. Cada restitución demuestra que la memoria no es pasado: es presente que busca justicia y futuro que exige identidad. Por quienes ya no están. Por quienes aún buscan. Por quienes nunca olvidamos: ¡memoria, verdad y justicia!”, finalizó.
El objetivo del operativo fue destruir lo que consideraban “un foco de enseñanza marxista y penetración ideológica de la subversión”. Así fueron juzgados docentes y autoridades del Instituto José Ingenieros.
Allí fueron secuestrados, entre otros, tres profesores del colegio, un médico y un miembro de la comisión administrativa de esa institución. Un profesor, Guillermo Quartucci, logró escapar y debió exiliarse.
Todos fueron torturados en el Puesto Caminero cercano al pueblo, considerado centro clandestino de detención. Varios de los detenidos pasaron años encarcelados por ser considerados “subversivos”.
Este episodio quedó grabado en la memoria de la localidad: fue el único pueblo en la provincia donde se realizó un operativo de estas características que incluyó, además de las detenciones ilegales, un rastrillaje casa por casa, buscando un supuesto material que estaría implicado en la subversión.