Norberto Asquini
La creación del llamado Frente Federal o Grito Federal ha generado revuelo en algunos círculos de la política nacional, pero en La Pampa la noticia pasó con más indiferencia que sorpresa. No hubo repercusiones importantes, ni declaraciones públicas. Apenas lecturas que, dentro del peronismo, replicaron lo que ya se venía discutiendo a nivel nacional: un nuevo intento de algunos mandatarios de hacerse un espacio en el mapa político tras haber quedado a la intemperie por la falta de cobijo del gobierno libertario.
Este nuevo frente lo integran gobernadores de distintos partidos: Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). La novedad no es menor: se trata de un espacio transpartidario, inédito en la historia reciente, que surge como una respuesta a la retirada del Estado nacional de las provincias. En otra época, las Ligas de Gobernadores eran esencialmente peronistas. Hoy, esta conjunción incluye radicales, cordobesistas y figuras cercanas al PRO. Un mosaico amplio, y también más difuso.
El Frente Federal nace en la continuidad de lo que fue el bloque de 23 gobernadores impulsado por el gobernador pampeano Sergio Ziliotto que se plantaron ante la Nación para exigir la distribución de ATN, la coparticipación del impuesto a los combustibles líquidos y el reinicio de la obra pública. Ahora, algunos de ellos buscan conformar un espacio más estructurado que les permita pelear las elecciones de octubre, ganar volumen político y hasta proyectar una candidatura presidencial en 2027. Eso, por supuesto, parece aún lejano, cuando ni siquiera tienen una identidad común clara.
Muchos de estos gobernadores, en un primer momento, tuvieron gestos de acercamiento hacia el presidente Milei. Pero con el paso del tiempo se dieron cuenta de que no había nada para ellos: les cortaron fondos, les impusieron ajustes y los usaron solo para conseguir votos en el Congreso.
En La Pampa, como dijimos, la noticia fue recibida con indiferencia. Desde el peronismo local, la lectura fue bastante similar a la del resto del PJ: se trata de una expresión más del antiperonismo. Si bien reconocen su carácter disruptivo e inédito, lo consideran una herramienta coyuntural sin destino claro. No hay peronistas, salvo el cordobesismo, y el objetivo parece más ligado a presionar a Milei desde el Congreso que a construir una alternativa real de poder. Para el PJ, no es más que una colectora de ocasión. Como lo resumió un dirigente peronista con crudeza: “Tratan de tapar que le votaron todo a Milei y los cagó en el Congreso”.
Desde la oposición tampoco se escucharon grandes celebraciones. El PRO está hoy más preocupado por cerrar una alianza con la Libertad Avanza y ya se conoce que sus legisladores nacionales les han votado todo de manera obscena a Milei.
El radicalismo, mientras tanto, está más preocupado, y complicado en la discusión interna, por las alianzas y los candidatos que no llegan para octubre, que en otras cuestiones. Parte de los radicales están volcado a sumar a La Libertad Avanza a una alianza sin importar un proyecto de poder o de gobierno. Pero hay otro radicalismo, el que promueve que en esta elección se tome un camino autónomo a los libertarios, que ve con simpatía este armado: incluso se habla de que hubo algún contacto con Pullaro de Santa Fe.
Estos verían bien en 2027 que la UCR pampeana encabece un frente que podría estar identificado con un espacio como el del Frente Federal como una “tercera vía” que no sea libertaria pero sí antiperonista, sobre todo ante un radicalismo nacional que no tiene referencias ni candidatos presidenciables.
En ese marco, algunos sectores radicales pampeanos evalúan que este nuevo espacio podría ser una alternativa electoral en la provincia en 2027, como una alianza antiperonista pero autónoma de Milei. Todavía es temprano para saber si este frente puede tener un correlato en La Pampa, pero ven que podría ser el germen de un nuevo armado opositor.
En definitiva, el Frente Federal es una apuesta política bastante novedosa. Disruptiva, sí, pero aún sin demostrar viabilidad. Como todo experimento político nuevo, necesita tiempo y objetivos claros. En La Pampa, por ahora, es solo una noticia más que se observa con distancia, y un dejo de escepticismo.