La polémica por los gastos reservados de la Legislatura pampeana volvió a encenderse luego de que dos diputadas del PRO reconocieran públicamente que perciben sumas millonarias en negro. Se trata de Celeste Rivas y Noelia Viara, quienes en una entrevista radial admitieron que cada legislador recibe mensualmente alrededor de $1,2 millones que no figuran en los recibos de sueldo y que pueden ser usados sin obligación de rendición.
El tema, que aparece de manera cíclica en el debate político, reabre la discusión sobre la continuidad de estos fondos que, según su espíritu original, debían destinarse a asistencia social o al financiamiento de actividades políticas, pero que en la práctica terminan utilizándose también para gastos personales.
En diálogo con el programa “Se Picó”, de Radio Kermés, Rivas fue contundente. “Cada legislador o legisladora recibe aproximadamente $1.200.000 por mes, que no aparece en el recibo, y puede usarlo como quiera, sin dar explicaciones”, señaló. Y agregó que no depende solo de ellas renunciar a esos recursos. “Si quieren, nos ponemos de acuerdo y no los tenemos más. No somos nosotras las que decidimos eso”, sostuvo. Es decir, es una decisión del Partido Justicialista, del radicalismo, del Pro-MID y de Comunidad Organizada.
Su compañera de bloque, Noelia Viara, intentó matizar la declaración y sostuvo que el uso de esos fondos varía según cada legislador. “Por ejemplo, (el radical) Hipólito Altolaguirre transforma los gastos reservados en becas para chicos. Nosotros, como los subsidios no alcanzan, a veces tenemos que recurrir a esa plata, que tampoco alcanza”, dijo.
Otros casos
Según se puede ver en el Presupuesto Provincial, otros organismos que tienen gastos reservados son la Policía Provincial y el Ministerio Público Fiscal.
El reconocimiento público de las diputadas reinstaló el debate sobre si finalmente la Legislatura avanzará en la eliminación de este sistema, cuestionado desde hace años por su opacidad y falta de control.
La acusación de la hermana de Celeste Rivas
La situación derivó en una fuerte interna de la familia Rivas: Antonella Rivas, hermana de la diputada, salió públicamente a defenestrarla. Directamente la acusó de ser una “delincuente” después de que la legisladora confesara que usa como sobresueldo los gastos reservados millonarios que percibe.
“No asocien mi apellido con esta delincuente, que le roba al Estado y que usa sus contactos políticos para escalar”, dijo en Radio Kermés. “Siempre se vendió y siempre usó su aspecto de buenita para cometer toda clase de delitos”.
Antonella, de 35 años, intervino en la cuestión presentándose como hermana de Celeste. También oriunda de Macachín. pero residente en Santa Rosa, es madre soltera, trabaja como Gestora en Ciudadanía Española.
Explicó que su padre cobra la jubilación mínima y enfrentó un cáncer recientemente. “¿Y ésta está del lado de los que cagan a palos a los jubilados, mete los gastos reservados en su alquiler y en gastos personales mientras yo pido subsidios para los remedios de mi viejo?”, se preguntó.
“Nosotros venimos de familia laburante, honesta. Mis abuelos paternos peronistas, los maternos radicales. Mi viejo socialista”, expresó.
“Sus abuelos le dieron vergüenza, porque eran analfabetos. Ella borró su historia y la acomodó a la de Josefina Diaz, compañera de aventuras”, dijo. Josefina Díaz fue diputada por la UCR y después se pasó al PRO.
“Yo estoy muy orgullosa de mi apellido, porque es un apellido de laburantes y honestos. Esta que siempre renegó de sus orígenes, no heredó absolutamente ningún valor, siempre se vendió y siempre usó su aspecto de buenita para cometer toda clase de delitos. En todos los árboles hay frutos podridos, bueno… en el nuestro la tenemos a esta”, completó.