La red de trata de personas con fines de explotación sexual desbaratada el miércoles último operaba en Santa Rosa en tres domicilios de la calle Plumerillo donde se ejercía la prostitución con las mujeres que reclutaban engañándolas con falsos trabajos, según se desprende de los datos de la investigación que accedió Diario Textual. Esos lugares eran administrados por el santarroseño detenido. La organización utilizaba, a través de páginas web, la misma mecánica de los prostíbulos que había hace 20 años en La Pampa.
Los tres domicilios de la calle Plumerillo entre Luro y Garay Vivas fueron allanados en la tarde del miércoles y se incautaron teléfonos celulares, computadoras, dinero -pesos y dólares-, cuadernos, libretas de anotaciones, lencería, preservativos y geles íntimos. También contratos de alquiler.
También se allanaron un domicilio de la avenida Spinetto y un local comercial, propiedad de uno de los integrantes de la red, un hombre de 62 años que está detenido en los calabozos de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional 1.
El caso se conoció ayer, luego de que la Justicia de La Plata -ciudad que era el epicentro de la banda- ordenó la detención de Elizabeth Rodrigo, de 62 años, madre de la vedette Ayelén Paleo, conocida por protagonizar en 2011 un escándalo que culminó con el matrimonio de Carmen Barbieri y Santiago Bal.
En total se hicieron 15 allanamientos simultáneos en diferentes puntos del país, entre ellos, en Santa Rosa, y se detuvieron a otras tres personas, además de Rodrigo: una mujer en Berazategui, acusada de coordinar un call center; un santarroseño señalado como administrador de prostíbulos; y otra mujer del conurbano bonaerense, responsable de publicar los avisos en internet.
La misma mecánica de los prostíbulos
La investigación permitió desarticular parte de una presunta organización delictiva dedicada a la explotación sexual y económica de mujeres con ramificaciones en Buenos Aires, La Pampa y Santa Fe.
Operaba subiendo perfiles de chicas a páginas web de escorts, en los que ofrecían servicios, que luego derivaban en contactos por Whatsapp.
Utilizaban una mecánica similar a la de los prostíbulos que había hace 20 años en La Pampa: trasladaban mujeres de provincia en provincia cada 10 o 15 días.
Dos décadas atrás había en la provincia unos 30 a 40 prostíbulos en las principales localidades. Por impulso de la exdirectora de Género de Santa Rosa y periodista Mónica Molina, fueron denunciados como lugares de reclutamiento de mujeres y logró el cierre de los mismos.
Cómo operaba la red
La organización le daba a cada víctima un teléfono cuyo número era cambiado cada diez días para evitar rastreos. Además, debían pagar un book fotográfico valuado en 90.000 pesos, que luego era utilizado para publicar perfiles en los sitios donde las ofrecían.
Las mujeres, de acuerdo con lo establecido, eran obligadas a entregar el 90% de lo recaudado en cada encuentro y, en caso de atrasos, recibían amenazas de muerte.
También se determinó que eran trasladadas en micros de larga distancia cada 10 o 15 días para rotarlas entre distintos puntos del país.
