El juez Gastón Boulenaz aceptó este lunes el pedido de juicio abreviado para un ingeniero de seguridad e higiene contratado por la empresa Vial A S.A, imputado en el caso de la muerte de los trabajadores Ezequiel Iriarte y Claudio Olgado en una boca de registro cloacal de Santa Rosa, en octubre de 2024. Le imputó homicidio culposo agravado por la existencia de dos víctimas, con un castigo de 2 años y 6 meses de prisión en suspenso más 6 años de inhabilitación para ejercer en el ámbito público y privado. Los familiares de las víctimas dieron su consentimiento. La sentencia se conocerá el 29 de septiembre.
El acusado, a través del juicio abreviado, reconoce su responsabilidad en un delito, y como contrapartida, la fiscalía y la defensa acuerdan una pena menor a la máxima que, eventualmente, se le podría imponer en un juicio común. En este caso, la pena mínima era de 2 años y la máxima de 5 años. De todas maneras, en este caso, se descontaba que no era posible obtener una mayor condena.
La solicitud de juicio abreviado fue presentada por los defensores del ingeniero en seguridad e higiene, Y.A., a la fiscalía y a las querellas. Este ingeniero está imputado, principalmente, por la falta de capacitación y de los elementos de protección de los obreros. Concretamente, de los delitos de “negligencia, impericia e inobservancia del reglamento” por no haber dado la capacitación necesaria a los trabajadores.
En la causa había otro investigado, aunque nunca fue formalizado: el capataz de la obra, quien había sido señalado por la fiscalía del delito de “doble homicidio culposo por violación de normas de cuidado”. Este abreviado parece clausurar toda posibilidad de que sea finalmente enjuiciado: es que la fiscalía solo encontró elementos para condenar al ingeniero.
La tragedia ocurrió cerca de las 13 horas del martes 22 de octubre pasado, cuando empleados de la empresa Vial A realizaban una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa. Según se ha determinado, no contaban con máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.
La investigación determinó que Olgado bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Uriarte corrió hasta una heladería de la esquina y pidió a una empleada que llamara a la Policía o bomberos. Luego intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.
Ambos murieron, en el Hospital Favaloro, por “anoxia cerebral, insuficiencia respiratoria y asfixia por inhalación de sulfuro de hidrógeno”. También fue afectado un bombero que bajó a rescatarlos.
