En medio del fuego amigo que atraviesa el oficialismo pampeano, el gobernador Sergio Ziliotto solo tiene en carpeta un cambio forzado en su gabinete: el del subsecretario de Asuntos Municipales, a raíz del reciente fallecimiento de Rogelio “Kelo” Schanton.
Ese cargo es clave en la relación con los intendentes. Por ahora, las tareas están siendo asumidas por el ministro de Gobierno, Pascual Fernández, aunque todavía no se definió quién será el reemplazante formal. ¿Será un intendente o una intendenta?
Fuentes de Casa de Gobierno aseguraron a Diario Textual que no habrá más reacomodamientos. “No hay funcionarios que no funcionan”, repiten en los pasillos, en un intento de cerrar filas luego de las declaraciones explosivas del exgobernador y líder de línea peronista Plural, Carlos Verna, quien agitó la interna al pedir la salida del secretario general de la Gobernación, José Vanini, uno de los funcionarios más cercanos a Ziliotto.
El gobernador celebró el domingo 26 con un triunfo ajustado sobre los libertarios, pero con un sabor agridulce: la victoria coincidió con la reaparición pública de Verna y la reactivación de las viejas tensiones dentro del peronismo pampeano. “No todos estuvieron a la altura del peronismo”, lanzó Ziliotto, en una frase interpretada como un mensaje directo al exmandatario y también al intendente de Santa Rosa, Luciano di Nápoli.
Verna reavivó la interna con duras críticas
En plena jornada electoral y rompiendo la veda, Carlos Verna provocó un verdadero terremoto interno. Llamó a una conferencia de prensa en General Pico, luego de emitir su voto, y apuntó con dureza contra Vanini, el senador nacional Daniel Bensusán y el candidato a diputado nacional (ahora electo) Abelardo Ferrán.
En una ofensiva que algunos dentro del peronismo interpretaron como una maniobra para debilitar al propio espacio y favorecer a los libertarios, Verna calificó a Ferrán de “mal candidato” y “mentiroso”, y comparó a Vanini con “Judas”, al acusarlo de haberlo traicionado.
Dijo además que Vanini llegó al cargo “por ser su sobrino político” y aseguró que le pidió al gobernador que lo echara, sin éxito. “Es un mal funcionario”, insistió, pese a que él mismo lo había promovido años atrás a cargos clave, como el de fiscal de Estado.
El exgobernador también lanzó una advertencia a Ziliotto: por las tensiones internas, la vicegobernadora Alicia Mayoral podría votar en contra del oficialismo en casos de desempate en la Legislatura.
“Toda ley que no salga será responsabilidad de sus seis diputados y de la vicegobernadora”, es la respuesta a Verna que se escucha ahora en los pasillos de Casa de Gobierno. Por lo pronto, los “ultravernistas” -un término que el exgobernador dijo disgustarle- ya volvieron a tensionar con la licitación del área hidrocarburífera El Medanito y esperan el proyecto de ley de Presupuesto 2026 para poner el ojo sobre los números que presentará Ziliotto y su equipo. Además, en las últimas horas, una diputada vernista apuntó contra el presidente del bloque de legisladores del peronismo, Espartaco “Taco” Marín. “Tenemos un presidente del bloque no nos conduce”, criticó Silvia Larreta.
“Romper para marcar la cancha”
Como ya había hecho en 2021, Verna no participó de la campaña y eligió irrumpir con una puesta en escena medida al milímetro. Su decisión de hablar el mismo día de la elección, cuando todavía se votaba, fue interpretada por la militancia como un intento deliberado de generar daño.
Dentro del peronismo, su gesto se leyó como parte de la lógica que lo caracterizó durante años: romper, marcar la cancha y presionar por espacios de poder, esta vez con la mirada puesta en 2027.
Por lo pronto, en el Ejecutivo insisten en que no habrá más movimientos y que Ziliotto sostendrá a su equipo actual. Al menos en el corto plazo.


