El directorio del club de campo La Cuesta del Sur, ubicado en jurisdicción de Toay, a metros del Bajo Giuliani, informó que logró identificar el posible origen de los olores nauseabundos que desde hace semanas afectan a vecinos y socios del barrio privado. Según el comunicado oficial, las emanaciones -percibidas en distintos horarios y bajo diversas condiciones climáticas- tendrían su origen en un feedlot con cientos de vacunos, instalado al norte de la laguna Bajo Giuliani y al oeste de la ruta nacional 35.
Se trata de un emprendimiento de engorde a corral que, días atrás, habría realizado tareas de limpieza profunda de los corrales. No lo dijeron públicamente, pero entre los vecinos se indica que la empresa es propiedad de Omar Jubete -empresario vinculado a obras viales, entre otras-.
Desde el club de campo -creado hace tres décadas sobre la ruta 35, al sur de Santa Rosa- señalaron que la intensidad y persistencia de los olores resultó inusual para la zona, lo que motivó una serie de gestiones ante organismos provinciales y municipales para determinar responsabilidades y eventuales incumplimientos ambientales.
Antecedentes y preocupación ambiental
En el comunicado, el directorio repasó además otros episodios que generaron inquietud ambiental en los últimos meses. Entre ellos, un estudio técnico del ingeniero Raúl Crespillo, exfuncionario de la Administración Provincial del Agua y del Ministerio de Obras Públicas, difundido a través de un video que tomó estado público, donde se advertía sobre el presunto vertido de líquidos cloacales crudos en la laguna Don Tomás y en el Bajo Giuliano por falta de mantenimiento de los sistemas de tratamiento.
A esos señalamientos se sumaron informaciones periodísticas sobre la licitación y adjudicación de la obra del sistema de efluentes del Parque Apícola y, posteriormente, el anuncio de la empresa Eco-carne sobre su radicación en el Parque Agroalimentario para ampliar su actividad frigorífica, lo que encendió nuevas alarmas entre los pobladores del sector.

Gestiones ante Provincia y municipios
Frente a este escenario, el directorio de La Cuesta del Sur inició gestiones ante las secretarías de Recursos Hídricos y de Ambiente de la Provincia, con las que mantuvo una reunión conjunta el 11 de septiembre pasado. Allí se expusieron las características residenciales del barrio y se solicitó la realización de controles específicos, además del acceso a información técnica para los vecinos.
En paralelo, se intentó concretar una audiencia con autoridades de la Municipalidad de Santa Rosa, que hasta el momento no se materializó. No obstante, integrantes del club de campo realizaron una visita extraoficial a las piletas de tratamiento sur, ubicadas al noreste del Bajo Giuliani, con el objetivo de recabar información directa.
También hubo contactos con la ministra de la Producción, Fernanda González, con quien se acordó una visita al Parque Agroalimentario para descartar que ese predio sea el origen de las alteraciones ambientales. Además, el directorio anticipó que trasladará sus inquietudes a la Municipalidad de Toay, ante la instalación de una chanchería en la localidad de Cachirulo, aunque aclararon que, por la distancia, consideran poco probable su incidencia directa.
El feedlot como principal hipótesis
Finalmente, luego de una recorrida por el feedlot recientemente instalado, el directorio sostuvo que allí se habría producido el foco de los olores. Según se informó, una vez al año se realiza el “desbarre” de los corrales, y los residuos sólidos son esparcidos en potreros cercanos, lo que genera emanaciones intensas durante varios días, hasta que el material se seca.
“Creemos que es allí donde se origina el problema, pues se supo que una vez al año -en los pasados días- se realizó el ‘desbarre’ de los corrales y luego estos sólidos fueron desparramados por los potreros cercanos. Esta acción provocaría la emanación de los fuertes olores percibidos, por unos días hasta que los barros se secan. En conocimiento de esta situación, seguirán ahora las averiguaciones ante las autoridades provinciales y municipales, acerca de las condiciones de habilitación, la existencia de informes de impacto ambiental y la aprobación del sistema de tratamiento de efluentes sólidos y líquidos del feedlot”, dijeron.
“Las causas de las alteraciones ambientales que percibimos pueden ser variadas, probablemente no todas tendrán una sencilla determinación y tal vez tampoco será rápido encontrar una solución a cada una, si la tuvieran. Lo cierto es que el Directorio y los Socios de La Cuesta del Sur estaremos ocupados en hallar las respuestas más satisfactorias a este tema que nos afecta”, finalizaron.


