Con organización colectiva, autogestión y el acompañamiento solidario de vecinos y vecinas, el Desayunador Comunitario de Villa Germinal, en Santa Rosa, logró concretar este fin de semana el viaje al Parque Acuático de Winifreda, una actividad largamente esperada por niñas y niños que asisten al espacio.
La iniciativa había sido anunciada días atrás, cuando desde el Desayunador difundieron una convocatoria pública para reunir fondos y sostener la salida recreativa, en un contexto social atravesado por la urgencia y las dificultades cotidianas. Finalmente, el objetivo se cumplió y dejó una jornada cargada de emoción, alegría y encuentro.
Según contó a Diario Textual el responsable del espacio, Micky Fiol, el sábado viajaron alrededor de 120 personas, entre chicos, chicas y adultos. “Salimos en dos colectivos y siete autos particulares, con más de 90 chicos y más de 20 adultos. Éramos cerca de 120 entre grandes y chicos”, detalló.
La jornada comenzó temprano en el barrio. “Nos habíamos convocado a las 9 y media, pero algunos chicos ya desde las 8 y cuarto estaban esperando los colectivos. Había mucha ansiedad, alegría y ganas de salir. Era un momento muy esperado por los pibes y las pibas”, relató Fiol.
Un día esperado
El grupo llegó a Winifreda con un clima ideal para la actividad. “Nos tocó un día muy lindo, soleado pero no tan caluroso. Desayunamos con los chicos mientras esperábamos la apertura del parque y a las 12, cuando se abrió, todos y todas al agua”, contó.
Mientras niñas y niños disfrutaban de las piletas y toboganes, parte del equipo se quedó organizando el almuerzo. “Hicimos unos 400 chorizos en tres parrillas, que fueron donados por carnicerías del barrio y de otros lugares. También llevamos mucha fruta que nos donó un grupo de jubilados de la Cooperativa Eléctrica, que siempre está presente”, destacó.
Choripanes, frutas y jugos fríos acompañaron una tarde intensa de juegos y risas. “Los pibes entraron al agua y no se los vio hasta la hora de comer. Después volvieron otra vez a la pileta y recién cerca de las seis empezaron a rendirse”, recordó.
Autogestión y solidaridad
Fiol subrayó que todo el viaje fue solventado con recursos propios del Desayunador. “Vendimos más de 500 números de rifas, de dos mil pesos, y juntamos más de un millón de pesos. Además, mucha gente colaboró con transferencias al CBU del espacio”, explicó.
Con esos fondos se pagaron las entradas al parque —cerca de 1,2 millones de pesos— y el transporte. “Todo fue producto del esfuerzo del grupo, de los chicos y chicas del barrio que vendieron rifas, de los grandes y de la gente que siempre nos acompaña. Lo lindo de este viaje fue que lo pagamos entre todos nosotros”, remarcó.
El regreso fue tan intenso como el día vivido. “Los colectivos venían llenos de chicos dormidos. Llegaron al Desayunador y los familiares los estaban esperando, pero no se podían despertar del cansancio”, contó entre risas.
“Fue un día magnífico”
Para Fiol, la experiencia dejó una marca profunda. “Fue un día magnífico, espectacular. Y sobre todo queremos remarcar la ayuda que hemos tenido de un montón de gente que colabora siempre. Sin ese aporte, nada de esto hubiera sido posible”, afirmó.
El viaje a Winifreda no fue solo una salida recreativa: volvió a poner en valor el rol del Desayunador de Villa Germinal como espacio comunitario, sostenido por la solidaridad, el compromiso y la convicción de que el derecho al juego, al descanso y a la alegría también forma parte de una vida digna.
