El diputado provincial Julián Aguilar (UCR) está trabajando en un proyecto para que el Banco de La Pampa implemente una línea de crédito subsidiada para cancelar las deudas de tarjetas de crédito, un reclamo que fue hecho por los gremios de la Mesa Intersindical al Gobierno en la última paritaria.
El endeudamiento con tarjetas de crédito es alto y ubica a la provincia entre las de mayor proporción de trabajadores endeudados.
La Mesa Intersindical, que nuclea a la mayoría de los gremios estatales, planteó el tema en la última reunión paritaria: pidió que el Banco de La Pampa otorgue créditos de baja tasa, destinados exclusivamente a cancelar deudas de tarjetas y frenar los “intereses usurarios”.
Según explicaron los gremialistas, muchos trabajadores recurren no solo al banco donde cobran sus salarios, sino también a otras entidades y financieras para pagar cuotas previas. Eso genera un espiral de endeudamiento, advirtieron.
El diputado Aguilar se hizo eco de la problemática y está trabajando el tema. La idea que tiene en mente es una línea crediticia con una tasa diferencial, distinta a la que cobra hoy el banco para refinanciar tarjetas, que es alta. No plantea una línea a tasa cero, pero sí una tasa subsidiada similar a la que utiliza el BLP para lanzar sus promociones.
El problema es grave, no solo en La Pampa sino a nivel país. Según los últimos datos oficiales proporcionados por el Banco Central de la República Argentina, el endeudamiento total por el uso de tarjetas de crédito en la Argentina creció un 55%. En este contexto, la Ciudad de Buenos Aires, Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut y La Pampa son los cinco distritos en los que se registran los mayores niveles de deudas con tarjetas de crédito por cantidad de habitantes. En promedio, cada habitante de La Pampa tiene $580.000 de deuda con alguna tarjeta de crédito.
La suba de los servicios (que no pueden abonarse con tarjeta) es clave: la luz, el gas y el agua aumentaron, y aunque la inflación se haya desacelerado, los salarios siguen quedando atrasados. Por eso, la gente prioriza pagar primero los servicios para no quedarse sin ellos, y recurre a la tarjeta de crédito para comprar “bienes ordinarios”, como alimentos, difiriendo el gasto. Y así comienza a endeudarse.