En abril de 2026 la Universidad Nacional de La Pampa irá a elecciones y renovará el rectorado, hoy en manos de Oscar Alpa. La disputa por la sucesión se dará dentro del oficialismo universitario, la agrupación Proyecto Universidad, que conduce la casa de estudios desde hace ocho años y ya tiene dos nombres en carrera: el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, Francisco Marull, y el secretario de Rectorado, Sebastián País Rojo.
Sin embargo, el foco político y académico está puesto en el rol que asumirá el propio Alpa. El actual rector no puede ser reelecto en el cargo, pero desde el oficialismo impulsan su integración a la próxima conducción, principalmente como vicerrector, con el objetivo de dar continuidad a las políticas que marcaron una etapa con identidad propia en la universidad pampeana.
Dentro de Proyecto Universidad predomina la idea de que Alpa forme parte de la próxima gestión, más allá del lugar que ocupe. La alternativa más firme es su postulación como vicerrector, aunque no es la única opción que se analiza. También se mencionó la posibilidad de que vuelva a competir por el decanato de Económicas y Jurídicas, cargo que ya ejerció, o que continúe en la estructura de gobierno universitario como secretario general.
El consenso interno es que su permanencia permitiría sostener un rumbo que, con matices y debates propios del ámbito académico, dejó una huella profunda en la institución. No todas las gestiones universitarias logran consolidar una etapa reconocible y asociada a un nombre propio.
Proyección nacional y expansión territorial
Durante los últimos años, la UNLPam creció, se expandió y ganó visibilidad nacional, incluso en contextos adversos como la pandemia y el actual ajuste presupuestario. Alpa convirtió a la universidad en un actor relevante del sistema universitario argentino.
En 2021 fue convocado al Ministerio de Educación de la Nación como secretario de Políticas Universitarias. Luego ocupó la vicepresidencia del Consejo Interuniversitario Nacional y, en 2025, en pleno conflicto presupuestario con el gobierno libertario, asumió la presidencia del cin, un lugar que la Universidad Nacional de La Pampa nunca había ocupado dentro de la estructura del sistema público.
En el plano institucional, la universidad avanzó en su descentralización territorial con el programa La UNLPam en Territorio, que permitió ofrecer carreras fuera del eje Santa Rosa–General Pico y cumplir una demanda histórica del interior provincial. A la par, se consolidó el ingreso pleno a la educación virtual, acelerado por la pandemia.
Carreras, facultades e infraestructura
La gestión también impulsó la continuidad de Enfermería, la creación de nuevas carreras en facultades como Veterinaria, Agronomía e Ingeniería, y sostuvo la relación académica con el Instituto Balseiro, con financiamiento específico para esos desarrollos.
El hito más relevante fue la creación de la séptima facultad, la de Ciencias de la Salud, que dio marco al proyecto más ambicioso de las últimas décadas: la carrera de Medicina, que comenzará a dictarse en 2026. A eso se suman inversiones edilicias significativas, con nuevas aulas y laboratorios en el campus de la ruta nacional 35, en General Pico, y las futuras sedes de las facultades de Salud y de Ciencias Exactas y Naturales, cuyo edificio será utilizado por el Colegio de la Universidad.
Con ese balance, el oficialismo universitario busca que la etapa que llevó a la UNLPam a ganar peso institucional y proyección nacional tenga continuidad más allá del cambio formal en el rectorado.
