Anoche, en el marco de las manifestaciones en defensa de la educación pública, se desarrolló en la sede central de la Universidad Nacional de La Pampa la primera Jornada de Resignificación Artística. En esta oportunidad, el grupo artístico “Meninas Sin Velazkez”, integrado por dos artistas mujeres y feministas, expusieron en el lugar que ocupaba una imagen de la Virgen de Luján -que desapareció hace unos días, luego de la toma de alta casa de estudios- una obra que reclama por los femicidios en la provincia.
“El objetivo de estas jornadas tiene que ver con comenzar con un proceso de apropiación y resignificación de la pared de este edificio central de la UNLPam por parte del estudiantado y la comunidad en general”, dijeron las y los estudiantes autoconvocados. “Entendemos que la laicidad de nuestra UNLPam no se discute ni se pone en cuestión, por ello es que necesitamos apropiarnos de esta gran conquista que nos fue legada por la gran tradición de lucha que tiene nuestro pueblo argentino. Queremos apropiarnos profundamente de ella a partir de la resignificación del espacio en torno a las cuestiones que, como Universidad, tenemos la responsabilidad de profundizar y motorizar en pos de la transformación de nuestra sociedad”.
“En este marco buscamos entender los nuevos modos de contribución del arte a la construcción social, generando un espacio de intercambio y de movimiento continuo”, dijeron.
Cada mes se decidirá en asamblea convocar a diferentes personas para que muestren su obra de expresión artística teniendo siempre como temática las luchas sociales.
En esta oportunidad, el grupo artístico “Meninas Sin Velazkez”, integrado por Florencia Pumilla y Mariela González, expusieron obra que quedará en exhibición durante un tiempo: hicieron eje en los femicidios ocurridos en la provincia, como los de Sofía Viale, Andrea López y Carla Figueroa. “Pero a quien especialmente queremos dedicarlo es a Flavia Fernandez”, dijeron. “Ella, nuestra compañera, la que hace una semana nos dejó, siendo víctima de esta sociedad que nos sigue matando, que nos violenta y nos lastima profundamente, dejando esas marcas que no se van con el tiempo, ni con nada. Tenemos la certeza que la tristeza y la indignación que estos hechos nos producen, no nos debilitan para seguir luchando por un mundo mejor. Entendemos que en la lucha contra la opresión de las mujeres y la violencia extrema que nos golpea día a día es fundamental la educación Laica. Necesitamos una educación que no reproduzca la desigualdad de género, la naturalización de la violencia hacia las mujeres y la cosificación de nuestros cuerpos. Esta es la tarea que aquí nos convoca, por las que ya no están, por las que peligran y por las que vendrán”.