El militante social Aldo «Lalo» Tartaglia, quien por 38 años buscó a su sobrina que había sido secuestrada por militares, falleció en la madrugada de este jueves, en su casa de Santa Rosa, de un infarto.
Aldo, que tenía 63 años, había acompañado a su madre María -ya fallecida- en la búsqueda de Lucía Tartaglia y de su hija.
Hace un año, «Lalo» había encontrado finalmente a su sobrina, María Lucila -o Victoria-. “Es hermosa e igual a su mamá”, fue la primera impresión de Aldo, luego de ver una foto de su sobrina, hija de su hermana desaparecida durante la última dictadura, que en octubre de 2017 se convirtió en la nieta 125 recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo.
“Hoy se cierra la etapa de la búsqueda de mi sobrina y se abre la etapa que ella integra nuestra familia. Somos una familia completa. Sólo resta mi hermana, que también la voy a encontrar. No me voy a morir sin encontrar los restos de mi hermana”, había dicho, emocionado, a Diario Textual.
La hermana de Aldo, Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia, militaba en La Plata. El 27 de noviembre de 1977 fue secuestrada. Durante su cautiverio tuvo a la niña, que encontró su verdadera identidad 38 años después.
Lucía tenía 24 años cuando fue secuestrada. Su familia supo que estaba embarazada y fue por ello que además de la intensa búsqueda, aportaron las muestras de ADN al Banco Nacional de Datos Genético.