La previa de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca comenzó con incidentes en el estadio Monumental y determinó la suspensión del encuentro para este domingo.
El micro que trasladaba al plantel xeneize fue apedreado por hinchas locales y varios jugadores sufrieron los efectos de gases lacrimógenos arrojado por la policía para dispersar a los violentos. En principio, la Conmebol informó a través de su cuenta de Twitter que el partido se había postergado para las 18. Posteriormente a las 19.15 y finalmente anunció que se jugará el domingo, a las 17.
#TNTSports | Así agredieron al micro de #Boca al llegar al Monumental pic.twitter.com/8g72Io3IwX
— TNT Sports LA (@TNTSportsLA) 24 de noviembre de 2018
En total, fueron cuatro lo vidrios que se rompieron a raíz de los incidentes. Dentro del micro estaban el plantel completo, colaboradores y dirigentes del club de la ribera.
“Nos tiraron gas pimienta, piedras, de todo… al micro», dijo el vicepresidente del club «Xeneize», Juan Carlos Crespi, antes de ingresar al vestuario visitante. Uno de los más afectados fue Pablo Pérez, con una lesión en uno de sus ojos. Incluso fue trasladado a una clínica.
Después de los incidentes en los alrededores del estadio, se desarrolló una reunión de autoridades en las oficinas del estadio para determinar cuál será el futuro de la Superfinal. Y allí se definió que el duelo se jugará mañana.
Del encuentro participaron los presidentes de River y de Boca, Rodolfo D’Onofrio y Daniel Angelici, respectivamente, y Alejandro Domínguez, máxima autoridad de la Conmebol. También participaron directivos de las diferentes entidades y se acercó Diego Santilli, vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Posteriormente se sumó Gianni Infantino, titular de la FIFA.