El papa Francisco reclamó hoy «medidas concretas» para resolver la crisis en Venezuela, donde remarcó que hay una «crisis que continúa y se agrava», además de pedir por los que sufren «situaciones económicas difíciles» en América latina, durante su bendición de Pascua, en la que también se refirió a los conflictos que preocupan a la Santa Sede, como Siria y Libia.
«Que la alegría de la Resurrección llene los corazones de todos los que en el continente americano sufren las consecuencias de situaciones políticas y económicas difíciles», planteó el pontífice al dar la bendición «Urbi et Orbi» desde la Basílica de San Pedro. «Pienso en particular en el pueblo venezolano: en tantas personas carentes de las condiciones mínimas para llevar una vida digna y segura, debido a una crisis que continúa y se agrava».
«Que el Señor conceda a quienes tienen responsabilidades políticas trabajar para poner fin a las injusticias sociales, a los abusos y a la violencia, y para tomar medidas concretas que permitan sanar las divisiones y dar a la población la ayuda que necesita», remarcó frente a más de 60.000 personas que se congregaron para escuchar sus palabras, según las estimaciones del Vaticano.
El pontífice también se refirió a la situación en Nicaragua. «Que el Señor resucitado ilumine los esfuerzos que se están realizando» en ese país «para encontrar lo antes posible una solución pacífica y negociada en beneficio de todos los nicaragüenses», pidió.
Durante su mensaje, y tras celebrar la misa en la basílica vaticana, Bergoglio se refirió además a los principales conflictos mundiales que preocupan al Vaticano. «Pido esperanza para el amado pueblo sirio, víctima de un conflicto que continúa y amenaza con hacernos caer en la resignación e incluso en la indiferencia», sostuvo. «En cambio, es hora de renovar el compromiso a favor de una solución política que responda a las justas aspiraciones de libertad, de paz y de justicia, aborde la crisis humanitaria y favorezca el regreso seguro de las personas desplazadas, así como de los que se han refugiado en países vecinos, especialmente en el Líbano y en Jordania», expresó.
«La Pascua nos lleva a dirigir la mirada a Oriente Medio, desgarrado por continuas divisiones y tensiones. Que los cristianos de la región no dejen de dar testimonio con paciente perseverancia del Señor resucitado y de la victoria de la vida sobre la muerte», reclamó luego.
En ese marco, renovó sus pedidos por los conflictos entre Israel y Palestina, y en Yemen. Francisco pidió además por Libia, «donde en las últimas semanas personas indefensas vuelven a morir y muchas familias se ven obligadas a abandonar sus hogares».