La nueva toma de terrenos en Santa Rosa despertó el recelo y hasta la bronca entre el kirchnerismo. Un sector del Movimiento Evita decidió impulsar este martes la toma de 10 hectáreas municipales detrás del barrio Santa María de la Pampa y despertó el enojo de los dirigentes camporistas que siguen al intendente electo Luciano di Nápoli. «Pusieron una bomba y se descuenta que tendrá que desactivarla Luciano cuando asuma el 10 de diciembre», dijo, molesto, un integrante de La Cámpora a Diario Textual.
Ya hay 65 familias en el nuevo asentamiento del barrio Santa María
¿Pero cómo se gestó la toma? En principio, según pudo confirmar Diario Textual, se decidió en una reunión comandada por Néstor Fabián Avendaño, frente a un reclamo genuino por la crisis socioeconómica, el hacinamiento y la falta de viviendas sociales. Es el hermano de Leonardo Fabio «Tapera» Avendaño, diputado provincial electo, secretario general en La Pampa del Movimiento Evita y uno de los referentes del Frente Peronista Barrial.
Fabián Avendaño había estado hace una semana organizando un guiso comunitario en el asentamiento El Nuevo Salitral, que se conformó con unas 130 familias sobre la calle Duval, al lado de la laguna Don Tomás.
Ayer convocó a una reunión, en su barrio, en medio del aluvión de ocupantes del asentamiento El Nuevo Salitral y frente al pedido de vecinos que se habían quedado fuera de las adjudicaciones de las mil casas sociales que recientemente se entregaron en la capital.
En ese encuentro se decidió tomar las tierras que están sobre Tello y Arriaga. Avendaño, a diferencia de la gran mayoría de los vecinos, sabía que eran terrenos municipales: había sido uno de los que se había opuesto fuertemente entre 2012 y 2014 a que Luis Larrañaga entregara esa chacra a una iglesia evangélica. Incluso había intentado -sin que finalmente la municipalidad lo autorizara- a impulsar proyectos comunitarios.
Su hermano «Tapera» Avendaño no participó de esa reunión y recién se desayunó con que se iban a tomar los terrenos antes de viajar a Castex a un encuentro de militantes de su espacio: se lo dijo su expareja, quien ahora es una de las que está ocupando las 10 hectáreas.
Ya con «Tapera» en Castex, el resto de los integrantes del Evita ingresaron al predio. Con las horas, se fueron sumando más y más vecinos. Por la noche ya eran 65.
«Tapera», por lo pronto, se llamó a silencio. Este miércoles irá al asentamiento.
La situación, como sea, generó molestia en La Cámpora y cierto regodeo de los funcionarios del intendente radical Leandro Altolaguirre.
Hasta el momento las autoridades municipales y provinciales no han abordado la problemática. Di Nápoli ya ha dicho que la cuestión debería solucionarla, antes del 10 de diciembre, la actual intendencia. Pero desde la municipalidad le responden que no tienen posibilidades financieras para darles casas a los que ocupan los terrenos. A su vez, el Gobierno provincial parece mirar desde lejos el conflicto y sostiene que la situación, crítica, fue generada por el Gobierno nacional que aquí tiene de exponente a Altolaguirre. Nadie, por el momento, quiere desactivar la bomba.