El Gobierno provincial le transfirió a la empresa Cinter un total de 38,5 millones de pesos, como forma de compensación porque, a raíz de que el año pasado se detectaron que los pilotes estaban mal construidos, tuvo que disminuir el ritmo de trabajo y hasta paralizar por poco más de medio año la colocación del techo del polideportivo de Santa Rosa. También debió paralizar trabajos por las restricciones por la pandemia de coronavirus.
La compensación a la empresa santafesina que está trabajando en el llamado Megaestadio fue autorizada por el Decreto N° 2866, pudo confirmar Diario Textual.
“Contaduría General de la Provincia, por intermedio de la Habilitación de Obras y Servicios Públicos, procederá a transferir a la Empresa CINTER S.R.L. el importe de $ 38.584.830,00, por gastos improductivos y todo concepto derivado de la disminución del ritmo de trabajos y paralización de obra con suspensión de plazo contractual” de la obra, indica el decreto.
Además, por el mismo decreto, le amplió el plazo contractual en 225 días corridos.
La empresa Cinter tiene una vasta experiencia. Esa experiencia le hizo poner una “condición” en el contrato que la “salvó” de un posible desastre: pidió que, antes de colocar el techo, se realizara una exhaustiva inspección en las fundiciones para corroborar que el estadio no iba a colapsar ante el peso del nuevo techo.
El Gobierno contrató, entonces, a ingenieros de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Estos descubrieron que, efectivamente, decenas de pilotes habían sido construidos en forma defectuosa entre 2006 y 2007 por la constructora Inarco, la que inicialmente había encarado los trabajos.
La estructura tiene un poco menos de 100 pilotes, cada uno de entre 4 y 6 metros de profundidad. Sobre ellos, apoyados en la roca, se asienta la estructura.
¿Cuál era la falla de esos pilotes? Los hicieron sin una masa en forma de bulbo en la base, lo que les hubiera permitido aumentar su superficie de apoyo y su refuerzo.
Con ese dato, alarmante, se paralizó la colocación del techo por parte de Cinter en 2019.
La Provincia, así, tuvo que contratar a la constructora Ecop -de la familia Pessi- por 33,8 millones de pesos para hacer el recalce de la fundación de 76 micropilotes.
Ecop colocó pilotines al lado de cada uno de ellos para subsanar los errores.
De esa manera, recientemente Cinter retomó la colocación del nuevo techo.
En esta obra, que viene mal desde su concepción, ya se llevan gastados unos 20 millones de dólares -es decir, el doble del costo original-.
La licitación la ganó a mediados de la década del 2000 la constructora Inarco por 29.889.995 millones de pesos -unos 10 millones de dólares, en ese momento-.
El polideportivo, conocido popularmente como Megaestadio, debió haberse terminado en 2007, para los Juegos de la Araucanía, pero un fallo en el cálculo del techo impidió su finalización.
El caso está judicializado. El Gobierno denunció a Inarco, que fue apartada en 2015. La empresa, a su vez, inició una demanda contenciosa administrativa: dijo que la principal culpa por no haberse terminado de colocar el techo fue del Gobierno. Sostuvo que los errores de cálculo en la cubierta fueron inducidos por la Provincia que no proveyó un proyecto ejecutivo para hacer los trabajos.
En 2017, en tanto, el Gobierno llamó a una nueva licitación. Se presentó una sola empresa, Cinter, a la que le adjudicaron los trabajos por 243 millones de pesos a valores de mayo de 2018.
El techo ya no es a cuatro aguas. Ahora es parabólico, según el diseño que aportó la firma santafesina.