Una joven de 21 años de edad murió en Santa Rosa a raíz de complicaciones derivadas del coronavirus. La víctima fue identificada como Araceli Gonzáles. Sufría de asma.
Su madre, Lorena Luna, cuestionó por las redes sociales la atención sanitaria a su hija.
Sin embargo, desde el Hospital Molas dijeron que siempre fue atendida. “La paciente fue internada en Clínica Médica y posteriormente en Terapia Intensiva sufriendo una complicación grave con fallo de múltiples órganos, probable hemorragia alveolar severa”, comunicó el Molas. “La joven en todo momento fue atendida por el equipo de Salud y se encontraba internada en cuidados intensivos del Centro Emergente de Asistencia Respiratoria (CEAR) del mencionado hospital, donde se le realizaron todos los estudios correspondientes”, sostuvo.
El 27 de diciembre, según dijo su madre, comenzaron las complicaciones. “Ese día sufre un ataque asma, pero también noté que sus pulmones estaban muy hinchados y llamé a la ambulancia. Llegaron rápidamente, la vieron y me dijeron que era una crisis de ansiedad, pánico y asma…yo pregunté si era a raíz del Covid, me dijeron que no y se retiraron de mi domicilio”, dijo.
El 28 la llamaron para hacer un seguimiento. “Les conté lo que pasaba y me dijeron que, como no tenía que ver con el Covid, le dieron el alta a las 11.53 de la mañana”, sostuvo.
El día 29 la llevó a la posta del barrio Obreros de la Construcción, donde reside. “En la madrugada se empezó a sentir nuevamente sin falta de oxígeno. Yo ya enojada discuto con el médico porque no me dejaba entrar con ella. La revisa y me dice que tenía una contractura muscular y que son secuelas del virus. Le da un inyectable, una crema para masajes en su espalda y me la manda a casa”, sostuvo.
El día 30 nuevamente ingresó a la guardia del Hospital Lucio Molas. “Solo piden una placa, que se la podían hacer al otro día por el procotolo… le pusieron un inyectable y me la mandaron a casa”, aseguró.
“El día 31, a la una de la mañana, le hacen la placa y el radiólogo me dice ‘llevala ahora que la vea el médico de guardia’. Se veían dos manchas. La ve el médico y le dice que es normal, le da otro inyectable más y la manda a casa”.
En tanto, ya el 1° de enero, a las 6.30 horas, se produjo un episodio más grave. “Me despierta mi hija Luli, que su hermana estaba vomitando flema con sangre. La cambio y rápidamente me la llevo al hospital… ingresa a la guardia y después de un rato me dicen que la dejan unas horas internadas para pasarle oxígeno. A las 15 horas sale una médica a darme el parte y me dice que tenía una neumonía gravísima provocada por el Covid”, dijo.
“A las 16 horas sale nuevamente a hablarme de mi hija, que le habían aumentado la dosis al máximo y que no era suficiente. Que en la tomografía se ve que sus pulmones estaban los dos muy comprometidos, y que la pasaban al CEAR. Ella estaba siempre bien, me mandaba mensajes de audio. A las 17.21 me dicen que mi hija tuvo una complicación, que sus pulmones empezaron a sangrar y ahí cayó en coma, conectada a un respirador”, dijo.
Araceli, finalmente, murió en la madrugada de este martes. “Algo falló. Quiero la verdad”, finalizó la madre.