“Frenó un auto, salí a ver quién era y escuché el ‘pum’. Me dieron un balazo con posta de goma a tres metros y perdí un ojo”. Julio Fernando Viñas Juárez, de 19 años,así cuenta el ataque que sufrió en una casa ubicada en Grassi y San Pablo, del barrio Pueblos Originarios (Santa Rosa), a Diario Textual. “Perdí un ojo, me arruinaron”, sostiene.
“El jueves 6 a la noche empezó todo. Estábamos en una casa de un amigo, tomando. En un momento, un pibe de 17 y su novia, mamados, empezaron a discutir. La piba se quería ir a General Pico y el novio, por eso, se dio una puñalada… Se ve que un vecino o alguien escuchó los gritos y llamó a la Policía…. Yo estaba en el patio y esa cuadra es oscura. En un momento, llegó un auto y frenó. Yo voy al frente de la casa a ver quién era. Era un patrullero. Frenaron, se bajaron y yo solo escuché un disparo. El balazo me tiró para atrás y me desmayó”, dice.
Recibió cuatro postas de goma: en su ojo izquierdo, en la ceja de su ojo derecho, en el cuello y en la boca.
El grave incidente ocurrió el jueves a la noche. “Eran como las 8 u 8 y media de la noche. Nos habíamos juntado con unos amigos”, dice.
“Los policías no dijeron nada. Gatillaron y se fueron”, asegura.
Una vecina lo cargó en un auto y lo llevó a la posta sanitaria del barrio. “De ahí me llevaron al Hospital Molas. Me internaron y me dieron el alta el sábado. Me vaciaron un ojo y casi pierdo el otro ojo”, sostuvo.
Julio trabaja haciendo changas en los campos, con su suegro. Todavía no hizo la denuncia penal. Según dice, lo hará en las próximas horas.