Este sábado se celebra el Día del Gin en el mundo, una bebida de muchos años pero que se ha renovado con un público más joven en los últimos tiempos. ¿Cómo prepara el mejor? Para empezar tenemos que elegir bien donde preparar nuestro Gin. Aquí todo sirve, pero la opción más clásica es la copa balón, una copa que se caracteriza, entre otras cosas, por ser más amplia en su boca que la de vino y se utiliza exclusivamente para el gin tonic. La copa borgoña que es aquella que usualmente se utiliza para el vino también es una buena opción aunque a algún purista le pueda molestar. Estas dos opciones son las más populares y a nuestro gusto las que mejor representa en la actualidad al gin tonic tradicional sin perjuicio de todas las otras posibilidades que existen.
La segunda clave es el hielo y en esto no hay secreto. Puede ser el hielo de nuestra heladera pero por supuesto que el clásico hielo tipo rolito visualmente da otra presencia a nuestro trago. Otra alternativa para el hielo de nuestro trago es hacer nuestro propio bloque de hielo y romperlo en trozos para que entre en nuestra copa. ¿Cuánto hielo tiene que tener nuestra copa? Aunque parezca que el bartender nos engaña lo mejor es que, partiendo de la copa vacía, el hielo llegue hasta boca de la copa. Esto no solo permite que enfrié bien nuestro gin tonic sino que además fusiona los sabores del gin, la tónica y el limón (o lo que optemos poner).
En tercer lugar procedemos a colocar el gin. ¿Cuánto? Lo ideal son 75 ml o el equivalente a una medida y media de un pequeño vaso medidor. Si no hay vaso medidor la alternativa es, con la copa con hielo, colocar menos del equivalente de un dedo de alto.
¿Marcas de gin? Aquí las opciones son varias: podemos partir de gin importados clásicos como Bombay, Tanqueray o Befeeter, optar por excelentes alternativas nacionales como Apóstoles, Heráclito o la gran propuesta pampeana Trumpel. También hay propuestas Premium (Hendricks, De Mare, Monkey 42) y propuestas más económicas como la de Gordon´s (una alternativa que además de ser muy económica, es mundialmente conocida por colarse en el trago de James Bond durante la película “Casino Royale” de 1953).
Cumplido con lo anterior tenemos dos opciones igualmente válidas. La primera es colocar piel de limón evitando la parte blanca que le da cierto amargor. La segunda (con o sin la piel) es agregar una rodaja transversal de limón. Esta última alternativa, según los que dicen que saben hace que el ácido cítrico pierda la burbuja de la tónica aunque, a su favor, le dará un toque más fuerte y agradable a nuestro gin tonic. Recomendación final: antes de colocar la piel de limón en la copa hacerle un pequeño twist sobre la copa para reforzar el aroma de nuestro trago. Si lo deseamos también podemos agregar pequeño trozo de jengibre previamente estrellado.
Para finalizar ya podemos llenar nuestra copa con agua tónica. Como en todos los casos anteriores alternativas tenemos de sobra y todas son igualmente válidas. La más obvia son las dos marcas más populares pero hay alternativas como Cummington (en especial la opción sin azúcar) y Rumipal que pueden ser una muy grata sorpresa. Además no hay que olvidar que las marcas de gin nacionales también promocionan sus propias presentaciones de tónica, especialmente desarrolladas para gin tonic.
Una vez terminado, se recomienda darle unos segundos para que el hielo pueda hacer el trabajo de fusionar los ingredientes.
Acá no se acaba…
Además del clásico gin tonic con limón todavía podemos probar muchas variantes. La más novedosa es la de agregar pepino. Algunos utilizan una rodaja horizontal creemos la rodaja transversal toma todas las partes del pepino y da un sabor mucho más completo.
Otra muy buena posibilidad es utilizar pomelo rosado con un poco de romero. Esta alternativa se hizo muy popular gracias al gin Apóstoles, un pionero de los gin argentinos.
También podemos optar, no todo en el mismo trago por supuesto, variantes de gin tónico con pimienta negra, té hibiscus, frutos rojos, romero y albahaca (para un gin mediterráneo), entre otros. Es importante que al elegir el gin consideremos las variantes más recomendables para esa marca en particular porque va a depender mucho de los botánicos que utilice.
Para terminar, nuestra propuesta es:
Aunque no estemos en verano y en esta época no sea fácil de conseguir no podemos pasar la oportunidad de recomendar animarse a un gin tonic con sandia. ¿Cómo hacerlo? Hay dos posibilidades. La primera es preparar un gin como lo describimos más arriba, pero sustituir la sandía por el limón (o tal dejar solo la piel).
La segunda posibilidad es tomarse el tiempo de cortar la sandía en trozos (pueden ser cubos o cortes triangulares) y dejarlas colocar en la heladera para que se congelen. Al momento de preparar nuestro gin tonic nuestros trozos congelados sustituirán al hielo y mientras se disuelven darán ese gusto tan dulce y característico que tiene la sandía.