“Negro”, un conocido perro comunitario que durante una década participó día tras día de los patrullajes de los policías de la comisaría Sexta de Santa Rosa, hasta su reciente muerte, ha sido homenajeado: lo enterraron en el patio de la dependencia policial y le hicieron una tumba, donde descansan sus restos.
“Negro” fue un perro policía por “elección”. En 2008, cuando era un cachorro de un año, siguió a una policía que estaba patrullando por Villa Parque, hasta la comisaría Sexta.
La dependencia policial, desde ese día, fue su hogar. “Participaba de los patrullajes y hasta concurría a los allanamientos”, cuenta a Diario Textual la proteccionista Mercedes “Mechi” Cuello, de la Asociación Civil Triki. “Fue un perro emblema de los barrios Centro Empleados, Butaló y 26 de Septiembre”.
Cuello intentó darlo en adopción, pero no funcionó. “No quiso irse de la comisaría. Negro quería estar en la policía, todos los días. La Policía era su lugar”, sostiene.
En los últimos años, sin embargo, los años comenzaron a pasarle factura. Así, Cuello fue su “mamá humana” que lo llevaba a dormir por las noches a su casa. “Por la mañana se levantaba, le daba de comer y una pastilla para la artrosis y salía disparado para la comisaría”, cuenta.
El 20 de mayo, víctima de un tumor, murió. Tenía 13 años.
La fundadora de la Asociación Triki pidió autorización a las autoridades policiales para enterrarlo en el patio, en la esquina de Piquillín y Trenel. Recientemente juntó sus ahorros y pagó un albañil para que le realicen una tumba. También recibió donaciones. “Ahora falta que le coloquemos una placa y un cerco perimetral”, dice.
“Su ausencia no deja de ser un profundo hueco que hiere”, sostiene. “Este homenaje creo que es hermoso y cálido. Es un lugar que soñamos para él y que le dedicaremos con todo el amor del mundo”, finaliza. “Lo amaremos por siempre”.