La asesora presidencial Cecilia Nicolini confirmó que el Gobierno amenazó hace dos semanas a Rusia con cancelar el contrato de provisión de la vacuna Sputnik por las demoras en la provisión de las segundas dosis, en una inédita escalada de la tensión bilateral.
«Estamos en una situación muy crítica«, le advirtió Nicolini a una autoridad del Fondo Ruso de Inversión Directa, el 7 de julio pasado. Lo hizo en momentos en que el Gobierno estaba sometido a una fuerte presión pública por las millones de personas que esperan la segunda dosis de la vacuna rusa.
«Nosotros teníamos la esperanza de que las cosas iban a mejorar. Pero han empeorado«, continúa la asesora de Alberto Fernández en su mensaje a Anatoly Braverman, el segundo del Fondo Ruso. «Fuimos super proactivos para encontrar una solución a las dificultades que tuvieron con esto, pero no pudimos tener siquiera el mínimo. Necesitamos urgentemente al menos un millón de dosis para inocular a adultos mayores este fin de semana», agrega Nicolini según el mail revelado por Carlos Pagni en La Nación.
La funcionaria recuerda a Rusia que debe 18 millones de dosis (13 millones de ellas del componente 2) y amenaza con romper el contrato. «A estas alturas todo el contrato está en riesgo de ser públicamente cancelado. Nosotros entendemos el faltante y las dificultades de producción de algunos meses atrás. Pero ahora, siete meses después, todavía estamos muy atrás, mientras estamos empezando a recibir dosis de otros proveedores en forma regular, con cronogramas que se cumplen», dice Nicolini.
Además de amenazar con la ruptura del contrato, Nicolini le advierte a los rusos que Fernández acababa de firmar un decreto para habilitar la llegada de vacunas estadounidenses, una línea que confirma el juego geopolítico detrás de la provisión de dosis. «Las propuestas y entregas son para este año y también incluyen vacunas pediátricas, lo que es otra ventaja«, dice la funcionaria, que reclama un protocolo para estudiar el uso pediátrico de la Sputnik.
En otra línea Nicolini directamente reclama a Rusia que tenga un gesto a Argentina por haber apostado a su vacuna antes que ningún otro país. «Nosotros respondimos siempre haciendo todo lo posible para que Sputnik V sea el mayor éxito, pero Ustedes nos están dejando con muy pocas opciones para continuar peleando por Ustedes y por este proyecto», pide.
Luego de quejarse porque Rusia no aprobó las dosis de Sputnik producidas en Argentina antes del 9 de Julio (cuando el Gobierno buscaba mostrarlas como un símbolo de soberanía), Nicolini finaliza con una advertencia muy fatalista. «Estamos soportando persecuciones legales como funcionarios públicos debido a estas demoras, poniendo en riesgo nuestro Gobierno«, dice.