El diputado nacional Martín Berhongaray (radicalismo, La Pampa) presentó un proyecto de ley para declarar “monumento natural” al águila coronada o águila del Chaco, con el fin de incrementar su protección.
La iniciativa parlamentaria también tiene el respaldo de las diputadas y diputados nacionales Lidia Inés Ascarate (Tucumán), Gonzalo del Cerro (Santa Fé), Gerardo Cipolini (Chaco), Gabriela Lena (Entre Ríos) y Lorena Matzen (Río Negro).
Según dijo Berhongaray, el proyecto surgió a partir de la inquietud planteada y los aportes efectuados por el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA), dependiente de la Universidad Nacional de La Pampa, cuyo director es José Hernán Sarasola.
La declaración como “monumento natural” tendrá un impacto directo y favorecerá la conservación del águila coronada que configura una especie categorizada como “en peligro de extinción”, según Sarasola.
En concreto, se pretende declarar “monumento natural”, sujeto a las normas establecidas por la Ley de Parques Nacionales, Monumentos Naturales y Reservas Nacionales Nº 22.351, a la especie animal conocida como águila coronada (Buteogallus Coronatus).
También se quiere encomendar a la Administración de Parques Nacionales, en su condición de autoridad de aplicación, que compatibilice con la Dirección Nacional de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, el plan de manejo para la especie en las áreas bajo su jurisdicción.
Asimismo, se invita a los organismos provinciales competentes a adoptar y coordinar con los organismos nacionales planes de manejo y protección en los territorios sometidos a su jurisdicción.
El águila coronada es el ave rapaz de mayor tamaño que habita los ambientes áridos y semiáridos de la Argentina, con una distribución que se extiende desde el sur de Brasil, Paraguay y Bolivia hasta el norte de la Patagonia Argentina. Su distribución original incluía también a Uruguay, donde la especie se considera localmente extinta desde el año 1930.
Se encuentra categorizada como en “peligro de extinción” a nivel internacional por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con una población global estimada en menos de 1000 individuos reproductores y tendencias poblacionales negativas (Birdlife International, 2021). A nivel nacional, se categoriza con similar nivel de riesgo de extinción (MAyDS y AA, 2017) y se ubica en el apéndice II de CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre), consideración que implica un estricto control de los organismos gubernamentales en lo que respecta a su comercio o captura.
“En nuestro país -sostiene Sarasola- dos factores fundamentales se han identificado como causantes de este declive (poblacional) y que se suman a las características demográficas particulares de la especie: la pérdida del hábitat y la alta mortalidad de individuos como consecuencia de las actividades humanas”.
La alta mortalidad que experimenta se conjuga fatalmente con características demográficas propias de la especie que determinan su alto riesgo de extinción. Cría cada uno o dos años, completando una puesta de un único huevo por intento reproductivo. Por otra parte, de aquellas parejas reproductoras que intentan criar cada año, solo la mitad logra hacerlo con éxito.
Diversas acciones se han llevado adelante en distintas provincias del país para lograr una mayor visualización de la problemática que enfrenta el águila coronada. Sin ir más lejos, en el año 2006 el guion del documental titulado “El águila que llora” fue galardonado por el Instituto Nacional de Artes Audiovisuales (INCAA) en el marco del concurso audiovisual “Veamos”.
Ese documental se emplea en actividades de extensión y educación en escuelas rurales del centro-oeste de la provincia de La Pampa.
En septiembre de 2013, y en el marco de la Reunión Argentina de Ornitología celebrada en la ciudad de Santa Rosa (La Pampa), se anunció el programa de “Conservación del águila coronada en la provincia de La Pampa”, llevado adelante por la Dirección de Recursos Naturales de nuestra provincia con el aporte de docentes e investigadores del Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) de la UNLPam y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Actualmente, solo cuatro especies animales han sido declaradas como “monumento natural” en nuestro país: la ballena franca austral, el yaguareté y dos especies de cérvidos andinos, el huemul y la taruca. De estas cuatro especies, sólo el huemul presenta una categoría de conservación de “en peligro de extinción” al igual que el águila coronada, mientras que las restantes se encuentran ubicadas en categorías de menor riesgo.
Sarasola ha recibido importantes distinciones y reconocimientos a nivel internacional por su participación en proyectos de defensa y conservación del águila coronada. El más reciente es el otorgado por una fundación de los Países Bajos denominada The Prince Bernhard Nature Fund (PBNF), que eligió al trabajo junto a otras 19 propuestas de todo el mundo sobre un total de 500 solicitudes que la citada institución recibió en el transcurso del año.