Juntos por el Cambio transitó otra semana de la campaña con la demorada reaparición de la figura de Mauricio Macri en el marco de una estrategia tironeada entre la incomodidad interna, porque eso genera en sectores de la coalición opositora cualquier atisbo protagónico del expresidente, y la necesidad de fidelizar el voto más ideológico macrista ante el riesgo de perder votos «por derecha», sea con Ricardo López Murphy o con Javier Milei.
Que Macri tenga un rol en la campaña, cuando al momento de las inscripción de precandidaturas los demás referentes de JxC actuaban como si buscaran diferenciarse y poner distancia -con la excepción de Patricia Bullrich-, refleja los reacomodamientos obligados que conlleva el escenario volátil del voto, particularmente en CABA.
El apoyo que cosecha Milei y la necesidad de diferenciarse de la lista que encabeza el exministro de Fernando de la Rúa Ricardo López Murphy (Republicanos, que compite internamente por JxC) contribuyeron a que las huestes del jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta se convencieran de la utilidad de meter a Macri -incluso con su imagen negativa- en la campaña.
Pero lo que más operó en ese rumbo es el descontento que detectan las encuestas y los estudios cualitativos en los votantes históricos del PRO ante el cambio de distrito y el discurso de perfil moderado que asumió en esta coyuntura María Eugenia Vidal, principal precandidata en territorio porteño.
Ese malestar, que los candidatos de la lista de Vidal cotejaron cara a cara en sus recorridas y que observan a diario en sus redes sociales, persuadió a los jefes de la campaña del larretismo sobre la necesidad de convocar a Macri y también a Bullrich, quien ya acompañó tanto a Vidal como a Diego Santilli, cabeza de la lista de Juntos en suelo bonaerense, y lo seguirá haciendo.
En el caso de Macri, el exjefe de Estado debutó ayer en una actividad proselitista aunque con un cambio de escenario de último momento: junto a Vidal se reunió en el Museo Fernández Blanco junto a un grupo de padres que apoyaron el retorno de las clases presenciales a pesar de la pandemia de coronavirus.
La conversación se concretó finalmente a puertas cerradas y sin identificar hasta último momento el lugar del encuentro, Macri y Vidal se mostraron juntos y con un discurso coordinado y en sintonía, en un gesto que no ocurría desde hace bastante tiempo.
«Estoy tratando de ver cómo organizarme porque tengo pedidos para que participe en todo el país», sorprendió Macri en declaraciones a la prensa al salir del museo, en Retiro.
«Hay que ir a votar y le pedimos a la gente que por favor nos acompañe para decirle basta al kirchnerismo», fue su mensaje, muy duro con el Gobierno.
Según pudo saber Télam de fuentes de su entorno, el expresidente participará junto a Santilli de un acto de campaña en el conurbano, en principio con perfil bajo y un entorno cuidado, como se planificó en el encuentro con Vidal.
Pero deberá repartir su tiempo con viajes al interior, donde desde el principio dejó claro que jugará fuerte para apoyar a sus candidatos.