Este lunes ya comenzó la nueva campaña electoral. El gobernador Sergio Ziliotto debe apurar el -anunciado- reemplazo del ministro de Gobierno, Daniel Bensusán, quien es candidato a senador nacional, y empezar a recalibrar la estrategia para tratar de descontar los 20 mil votos de diferencia que le sacaron las cinco listas de Juntos por el Cambio a la única presentada por el Frente de Todos.
La nueva ola amarilla avanzó en casi todo el país. Plebiscitó -y castigó- a los gobiernos nacional, provincial y decenas de intendencias comandas por el peronismo. Ziliotto prefirió hacer otra lectura. “Somos ganadores”, sostuvo. “Yo no puedo sumar cinco listas… No son lo mismo, no comparten lo mismo. Por eso digo que tenemos un 40 por ciento de piso (NdeR: el conteo final se ubica en el 38%) y la lista que sigue arranca del 25%. ¿Cómo no nos vamos a sentir ganadores?”. Una interpretación que inquietó hasta la tropa propia.
Por lo pronto, en los próximos días Bensusán debe salir del Gobierno para concentrarse, exclusivamente, en la campaña. Ya estaba acordado antes de las PASO.
Precisamente el gobernador -como jefe de campaña- tiene una de las tareas más complejas en el histórico bastión vernista. Allí los resultados fueron concluyentes: 52,4% a 33,2%, es decir, unos 7 mil votos.
Incluso uno solo de los precandidatos de JcX, Martín Maquieyra, cosechó las mismas adhesiones que todo el FdeT: 12 mil.
El resultado golpeó a la intendenta Fernanda Alonso, a cargo de la campaña en su ciudad. Pero no es, para nada, la única responsable.
Un dato no menor es que el frente peronista no tiene candidatos. Era número puesto Carlos Verna, pero decidió -por cuestiones de salud- guardarse en su casa, en medio de la pandemia de coronavirus. Posteriormente, en el armado de la lista y el reparto entre las principales cuatro líneas del peronismo, no quedaron casilleros para los piquenses. Eso inquietó a la militancia del vernismo.
Hay quienes piden que Verna ahora debería salir públicamente a apuntalar la campaña. Por lo menos, especulan en Casa de Gobierno a Diario Textual, tendría que bajar línea y ordenar a la tropa en su ciudad.
Los malos resultados se registraron, en rigor, en casi todas las principales localidades: Santa Rosa, Toay, Castex, Realicó, Intendente Alvear, 25 de Mayo, Acha, Quemú y Macachín. Gran parte de ellas, con intendencias del PJ.
El escenario nacional también influyó. “Se juegan dos modelos de país”, dijeron en campaña desde el peronismo. Pero las esquirlas de decisiones en la Quinta de Olivos parecen haber impactado de lleno: desde las fotos del presidente incumpliendo la cuarentena que él mismo había establecido, los privilegios en la vacunación contra el coronavirus y hasta la prolongación del cierre parcial a las exportaciones de la carne.
Decididamente habrá una nueva campaña en el peronismo. “A cara descubierta”, dijo ayer, llamativamente, Ziliotto. Más militancia peronista, casa por casa, para tratar de remontar los resultados e ir por “la épica”.
Es una escena similar a la de los comicios de medio término de 2017, aunque con otros condimientos.