La pandemia y todas las medidas de aislamiento preventivo, que van y vienen desde hace un año y medio, no han hecho mella en la producción poética de Ana María Lassalle. “Lápices rojos” llega como su flamante publicación -aparecida durante el reciente agosto- y da continuidad a “Galo y Stalingrado”, su anterior libro de poemas que data del año pasado.
Una delicada edición y diseño para presentar veintidós poemas íntimos, donde Ana Lassalle conjuga sus afectos familiares y amicales, sus recuerdos más antiguos y los más nuevitos, sus sueños lúcidos y también -porqué no- lo que avizora. “Lápices …” abre con una dedicatoria personal que emociona: las figuras admiradas, queridas y extrañadas de Muruma Lucero y Edgar Morisoli, resumen el espíritu de esta obra intensa “que se opondrá a todo olvido”.
Esta compilación poética, tarea que quedó en manos de su hija Anamaría Mayol, suma a otro amigo, Juan Carlos “Pinky” Pumilla, en la redacción de un sentido prólogo -Escribir en Fase 1-, y un cierre que reseña las noticias de la autora, esas que pintan someramente su infancia campestre cerca de Tandil, su llegada a tierras pampeanas en 1951, su tarea como escritora, docente, investigadora académica especialmente en la UNLPam, su convicción militante, su carácter de prescindida durante la dictadura cívica y militar de 1976-1983, y también los reconocimientos institucionales y de sus colegas.
El libro se presenta con un llamativo arte de tapa, a tono con las portadillas de cada poema, tareas a cargo de su sobrina Paula Lassalle, donde contrastan un artístico fondo de pizarra gastada, una emblemática estrella roja de cinco puntas y el título de la obra en rojo y negro. Estos “lápices rojos maldicientes …”, como muy bien pronostica Pinky Pumilla, no dejarán indemnes a quienes se introduzcan en los textos con la pasión, con que Ana nos los obsequia.
Esta primera edición de 300 ejemplares fue hecha por “El Mensú Ediciones”, tal como su anterior obra “Galo y Stalingrado”. El editor fue Darío Falconi y la fotografía de solapa de Ana Mora Glusman Lassalle.