Ocho mujeres santarroseñas iniciaron los trámites para crear una cooperativa de trabajo. Se trata de “Terkas y solidarias”, dedicada a la elaboración de panificados, textiles y reciclado. En la revista institucional de la CPE www.1deoctubre.com.ar la Secretaría de Educación Cooperativa las presentó.
El proyecto cooperativo actualmente funciona en la comisión vecinal del Barrio San Cayetano, de Santa Rosa. Nilda Rosa Castillo, María Elena Leguizamón, Mónica Cardozo, Mercedes Rubio, Sasha Zarelli, Soledad Weigel, Graciela Fernández y Ana Lucero, son sostén de familia que buscan recrear en el modelo cooperativo una fuente de trabajo basada en los valores y principios de ayuda mutua, solidaridad, igualdad, democracia, honestidad y responsabilidad social.
Al trabajo solidario que venían desarrollando en la comisión vecinal se sumó la posibilidad de generar ingresos a través de una organización solidaria; así surgió la idea de armar una cooperativa de trabajo que hoy se encuentra con matrícula en trámite. Está organizada en tres sectores: panificación, textil y reciclado. Con sus productos participan de ferias y también venden a través de las redes sociales.
La Secretaría de Educación Cooperativa de la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa participó en el proceso de creación de la nueva cooperativa con el dictado de una serie de talleres bajo el título “Introducción al trabajo cooperativo. Introducción a las cooperativas de trabajo”. En seis encuentros realizados durante los meses de julio y agosto, con distintas dinámicas se abordaron temas como el trabajo cooperativo y su gestión, la estructura legal de una cooperativa, sus valores y principios, entre otros.
La iniciativa es una herramienta más que permite a las mujeres ocupar espacios en las organizaciones de carácter productivo, y ayuda a romper con patrones de conductas patriarcales que asignan a la mujer roles en el espacio privado de lo doméstico.
Además, las organizaciones cooperativas, al promover valores y principios como la igualdad y participación democrática, otorgan la posibilidad de recrear espacios, relaciones y prácticas de trabajo más justas y libres de violencias, ya que estos principios fomentan la igualdad de géneros en la participación y toma de decisiones.