El 21 de enero vencerá el pedido de pronto despacho que hizo el gobernador mendocino Rodolfo Suárez para que el presidente Alberto Fernández defina el laudo y determine si avala o no la realización de la represa hidroeléctrica Portezuelo del Viento.
Mientras se aguarda el laudo presidencial, los medios de Mendoza, como el diario Los Andes, reflejan el fuerte debate en torno a la conveniencia de hacer la obra y asegura que “sube la tensión” sobre la decisión de Alberto.
Es que el 28 de enero la vecina provincia espera recibir un nuevo desembolso por U$S 52,7 millones por Portezuelo. Pero el propio Suárez ya dijo públicamente que no avanzará con la obra sin el laudo presidencial porque no pueden tener esa plata inmovilizada durante mucho tiempo más.
“A esos fondos se les puede dar otro destino que no sea Portezuelo. No podemos comenzar la obra con una incertidumbre de un laudo que puede salir en contra, yo no me lo perdonaría”, sostuvo la semana pasada el mandatario a LV10.
La licitación de Portezuelo del Viento avanzó a tal punto que está lista para ser adjudicada al consorcio Malal-Hue, la unión transitoria de empresas (UTE) encabezada por la china Sinohydro Corporation junto a las firmas locales IMPSA, CEOSA y Obras Andinas. Pero tras el rechazo de La Pampa, el Gobierno nacional puso en duda la autorización para realizar la obra.
Portezuelo es una obra que resiste La Pampa: podría afectar la calidad y cantidad de agua del río Colorado. Es decir, entre otros puntos, podría afectar la provisión de agua potable a casi todos los pampeanos.
El temor es que la megaobra provoque la extinción del Colorado, que actualmente abastece para consumo y riego en Neuquén, La Pampa, Río Negro y Buenos Aires. Por tal motivo, el Gobierno provincial pretende que se haga un estudio de impacto ambiental regional para establecer cómo impactará su construcción.