El asesinato del peluquero Martín Godoy (23 años), ocurrido en la madrugada de este sábado, conmueve a la comunidad de General Acha. El acusado es un adolescente de 15 años, que -para el Código Penal Argentino- es inimputable. Es decir, no puede ser penalizado por el asesinato. Como ocurrió con el autor de otro crimen aún recordado: el del fotógrafo Paul Anguzar.
La edad de imputabilidad es el límite inferior a partir del cual los adolescentes pueden ser juzgados por la Justicia e ir presos a una cárcel. En la Argentina, según el Régimen Penal de Minoridad promulgado en 1980 durante la dictadura militar, esta edad se estableció en los 16 años, es decir, que los menores de esa edad no pueden ser juzgados.
Sin embargo, los adolescentes de entre 16 y 18 años tampoco son juzgados por el mismo sistema que los adultos. Sólo son punibles (es decir, que merecen castigo) aquellos que cometan delitos con penas mayores a dos años (por ejemplo, homicidios dolosos) pero recién a los 18 pueden empezar a cumplir su pena en una cárcel. Hasta ese momento, estos menores pueden estar privados de su libertad en institutos especializados o centros cerrados. Por otro lado, están los menores de 16 años. En la legislación actual, estos no tienen un régimen penal que regule su responsabilidad ante un delito.
El crimen de Godoy
El adolescente de 15 fue señalado como el autor de la muerte de Godoy, quien recibió una puñalada en el tórax. El hecho ocurrió en Alsina y Victoriano Rodríguez, cuando -según dijeron investigadores a Diario Textual– se desarrolló una gresca. Minutos después, Godoy murió en el Hospital Padre Buodo.
En la madrugada, se presentó en la comisaría el presunto agresor. Fue colocado a disposición de la Unidad Regional de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes.
El crimen de Paul Anguzar
El caso de Acha recuerda al asesinato del fotógrafo Paul Anguzar (37), en el barrio de Villa Martita, en Santa Rosa, ocurrido hace poco más de 15 años: el adolescente que le pegó un balazo fue declarado inimputable porque tenía solo 14 años.
El adolescente lo había atacado, el 16 de junio de 2006, porque Paul le pidió que dejara de hacer ruido con un cuatriciclo.
Todo comenzó por la tarde, a la hora de la siesta, cuando la esposa del fotógrafo fue a pedirle a un grupo de chicos que andaba en cuatricicloque no hicieran ruido porque quería dormir a su bebé de siete meses. Pero los adolescentes no le hicieron caso. Es más, uno de ellos hizo un gesto desafiante: dio un trompo delante de la casa de la mujer y subió a la vereda. Fue entonces cuando intervino Anguzar, quien comenzó a discutir con el chico. Así, molesto porque el adolescente no le hacía caso, el fotógrafo decidió ir a hablar con su madre. Cuando se dirigía a su casa, el chico se le adelantó y se metió en su vivienda. Cuando el fotógrafo llegó, sacó una pistola calibre 9 milímetros y lo baleó.
Anguzar recibió un tiro en el brazo y otro en la espalda, que le afectó el bazo, la médula espinal y el hígado. El 5 de julio de 2006, luego de convalecer varios días, murió en el Hospital Molas.