El gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez (JxC) dijo en Canadá ante inversores que no existen trabas ambientales para desarrollar la mina Potasio Río Colorado, en Malargüe, donde se pretende extraer cloruro de potasio, utilizado como fertilizante en explotaciones agropecuarias. Otra sobrevuela el riesgo de contaminación del río Colorado porque los residuos que quedarían podrían alcanzar el cauce principal y generar una catástrofe ambiental.
“Explicamos la historia de PRC, la situación en la que se encuentra y lo que busca la provincia que es generar riqueza y empleo para Mendoza”, dijo Suárez en su exposición en el panel Argentina Day, organizado por el Estudio McMillan, ante inversores de varias partes del mundo.
Suárez dijo que la intención de la visita es “encontrar un socio para la explotación de PRC de manera tal que aporte capital y operatividad para que la mina entre lo más pronto posible en funcionamiento”.
Esto enciende las alarmas de La Pampa por el temor a que se contamine el río Colorado. ¿Por qué? Porque la montaña de sal extraída, que no tendrá uso, podrían alcanzar el cauce del principal río que recorre el sur pampeano y generar una catástrofe ambiental. Podría haber contaminación del suelo, subsuelo, agua superficial y subterránea.
Para despejar dudas, en 2020 los diputados nacionales por La Pampa del Frente de Todos pidieron, a través de un proyecto de resolución, que el Gobierno nacional realice un estudio y evaluación de impacto ambiental, algo que hasta el momento no ocurrió.
La mina -que se suma a la polémica iniciativa de la represa Portezuelo del Viento- está ubicada en el sur de la provincia de Mendoza. Se pretende extraer cloruro de potasio, utilizado como fertilizante en explotaciones agropecuarias.
Este proyecto ha sido reformulado en varias oportunidades. Una de las principales controversias tiene que ver con el material de descarte: el cloruro de sodio.
Hay estudios que indican que el volumen que quedará descartado, luego de la refinación, tendrá volúmenes similares al cloruro de potasio objeto de la explotación.
En el estudio de impacto ambiental originalmente presentado se proponía depositar el cloruro de sodio residual en un predio de 200 hectáreas. Se estimaba que el acumulado alcanzaría una altura de 50 metros.
El volumen de sal sería de unos 100 mil millones de kilos. Esa montaña de sal será abandonada a 17 kilómetros del río Colorado, a perpetuidad. Se constituirá en el mayor pasivo ambiental.
Inicialmente la mina iba a ser explotada por la empresa brasileña Vale, pero en 2013 la actividad se paralizó. El Gobierno de Mendoza tomó el control de los activos, se firmó el traspaso de todos los bienes y comenzó a buscar nuevos inversores para reactivarla.