Como en toda línea interna, en La Cámpora de La Pampa hay rivalidad en los liderazgos que, aunque no son públicos, son el comentario en la política local.
En los últimos meses en las propias filas o los dirigentes de otros espacios notaron la disputa puertas adentro por conducir ese espacio entre sus dos principales referentes: el intendente de Santa Rosa, Luciano Di Nápoli, y la secretaria administrativa del Senado, María Luz Alonso.
No es un conflicto abierto. A los dos se los ve compartiendo algunos espacios, sobre todo actos públicos donde La Cámpora tiene que mostrarse. Pero hacia adentro surge la rivalidad.
En su momento las aguas estuvieron bien divididas. Di Nápoli estaba al frente de la gestión de Santa Rosa y del Consejo de Unidades Básicas, haciéndose fuerte en territorio. “Luchy” Alonso tenía proyección provincial como referente de Cristina Fernández con la que se muestra siempre y con la “llave” del gobierno nacional que habilita a funcionarios e intendentes. De hecho, tejió buenas relaciones con varios jefes comunales. Y sobre todo con el de Telén Saúl Echeveste, también dirigente de La Cámpora.
En los últimos meses, cuando comienza hablarse sobre 2023, se notaron algunas diferencias. Di Nápoli piensa en la reelección en Santa Rosa, y como parte de su espacio fogonea a la secretaria de Producción, Carmina Besga, con sus presencia pública y mediática como la referente para ocupar posibles cargos por La Cámpora habilitados por la paridad de género. Lugares hay: desde vicegobernadora a diputada nacional o provincial y hasta viceintendenta.
En el PJ confirman las diferencias entre ambos dirigentes y hasta algún funcionario municipal habló de que “vuelan los platos”, lo que obliga a los del espacio a tomar posición por uno o por otro.
Dirigentes de La Cámpora consultados minimizan cualquier disputa, aunque hablan de que cada uno naturalmente tiene sus pretensiones y posturas sobre determinados temas, y refieren que no han observado discusiones ni ellos tuvieron que definirse por alguno.