En Juntos por el Cambio sigue la sorpresa y la incertidumbre un día después del cierre de listas, en medio de la improvisación y el bochorno protagonizado por un sector de la UCR. Los “celestes” admiten a Diario Textual que Martín Berhongaray no firmó su propia postulación a la gobernación, entre otras irregularidades, pero creen que en la junta electoral de la coalición pueden “corregirlas” antes de presentar los papeles, el 29 de diciembre, frente al Tribunal Electoral Provincial. En ese marco, negaron cualquier posibilidad de que se baje de la postulación.
Sin embargo, en la vereda de enfrente hay otra mirada: en el PRO dicen que hay un solo candidato a gobernador y que es Martín Maquieyra. Según sostienen, del lado del radicalismo -que ayer tuvo febriles negociaciones, que hasta incluyeron insultos y empujones entre sus principales dirigentes- no tienen precandidato para competir en las internas del 12 de febrero de 2023: el postulante que había quedado de la “unidad”, el diputado Martín Berhongaray, no firmó la aceptación del cargo enojado porque le sacaron lugares en la lista de diputados y quien era su vice, Roxana Lercari, renunció porque el postulante que propuso también la boleta legislativa se lo bajaron.
De esta manera, desde el PRO ya indicaron que formalmente y legalmente el radicalismo no tiene candidato y que el único es Maquieyra. “El planteo se puede hacer, pero igualmente estamos dialogando y consensuando qué hacer. Esto se arregla con diálogo”, informan fuentes del PRO a Diario Textual.
En el radicalismo niegan esa interpretación. “La Junta Electoral efectuará las observaciones que sean necesarias a los papeles presentados y tiene plazo para ‘corregir’ los defectos. Mientras tanto se negocia otros sectores”, sostienen. “Pero no se bajó ni se bajaría de la precandidatura. Eso sería un escándalo dentro de la UCR (no sólo para afuera) del que no tendría retorno”, conjeturan. Lo cierto es que la situación ya es un escándalo, nunca visto desde el regreso de la Democracia en el radicalismo pampeano.
De esta manera, se espera que la UCR intente corregir las irregularidades. Y ya el lunes próximo, el PRO presente las objeciones. Definirá la junta, dominada por el radicalismo. “Legalmente no correspondería que Berhongaray sea precandidato, pero iría si hay un acuerdo político”, admiten radicales.
Los primeros diputados de la lista radical eran Hipólito Altolaguirre (celeste), Romina Mota (del sector de Daniel Kroneberger), Emi Pignol (azul), Nidia Ancín (celeste), Guillero Coppo (Kroneberger), Andrea Valderrama (azul), Federico Guidugli (azul) y Elida Deanna (Mujeres).
Si bien los radicales son expertos en la “rosca” política, de la que hacen gala y la sufren, el cierre, que no fue cierre, de las listas fue una de las más álgidas y tal vez la más polémica por todo lo que trajo aparejado.
Hasta el jueves se estiraron las definiciones entre los principales dirigentes. Había tres postulantes, Daniel Kroneberger, Martín Berhongaray y el exsenador Juan Carlos Marino. Sin apoyos, Marino fue el primero en bajarse. De hecho, no hay ningún candidato a diputado suyo entre los expectables.
Las negociaciones continuaron. El principio de acuerdo fue que se bajara Kroneberger y que fueran Berhongaray con la vice de Kroneberger, Roxana Lercari de Realicó.
Berhongaray pretendía que hubiera cuatro diputados entre los primeros ocho de su sector y Lercari poner a uno de Realicó en el séptimo.
Las negociaciones llevaron a cambios, uno de ellos la incorporación del secretario de Gobierno de General Acha, Federico Guidugli. El funcionario es parte de una gestión que aporta votos ya que es la principal ciudad que gobierna JxC en la provincia de la mano de Abel Sabarots y tiene bien ganado el lugar.
Ante la nueva composición de la lista, a última hora Berhongaray no quiso firmar la aceptación del cargo y Lercari directamente renunció a su postulación.
Mientras tanto, el diputado Francisco Torroba, que no pudo incorporar a su hijo a la lista de diputados, presentaba después de hora su precandidatura a intendente de Santa Rosa, lo que provocó el enojo de Federico “Colo” Roitman, que se había lanzado de la mano de Kroneberger para competir por ese cargo.
Hay, además, otras irregularidades: una precandidata a viceintendenta de General Pico también fue postulada como diputada en la lista de Berhongaray.