El presidente Alberto Fernández intensificó sus visitas a las provincias. Ayer, visitar las obras del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner en la localidad de Doblas y se mostró codo a codo junto al gobernador Sergio Ziliotto, que para las internas del 12 de febrero logró el sello de un peronismo unificado.
¿De qué hablaron privadamente, más allá de la obra del gasoducto? En principio, dos temas nacionales de peso atravesaron el encuentro del presidente con Ziliotto. Por un lado, publicó Infobae, la reciente ofensiva contra la Corte Suprema, que los alineó en la misma dirección: el pampeano integra el pelotón de jefes provinciales que presionaron al Ejecutivo para avanzar contra el máximo tribunal después del fallo por la coparticipación que favoreció a la Ciudad de Buenos Aires. E incluso será citado -y ya confirmó que asistirá- para declarar a favor del enjuiciamiento en la Comisión de Juicio Político.
Por otro estuvo la polémica con Mendoza por Portezuelo del Viento. Alberto Fernández había visitado, el día previo al encuentro, tierras mendocinas, donde el gobernador opositor radical Rodolfo Suárez se negó a recibirlo debido a la “bronca” que le causó el laudo del presidente en su contra. Si bien en la Casa Rosada y en la gobernación aseguran, oficialmente, que su posicionamiento se debió a cuestiones “medioambientales”, en la provincia beneficiada lo festejaron como un guiño político desde la cúpula del Ejecutivo. Hoy, a pesar de los cortocircuitos del pasado por medidas vinculadas al agro y el manejo de la pandemia, aseguran que la relación es “excelente”.
A pesar de la omnipresencia de esos temas, Alberto Fernández eligió despojar su discurso de mensajes políticos calientes. No se refirió a la Corte, ni a Mendoza, ni al conflicto por la represa que comparten ambas jurisdicciones. Tampoco disparó contra Juntos por el Cambio, o contra Mauricio Macri, como se propuso la semana pasada (y cumplió en sus apariciones públicas más recientes). En Balcarce 50 dijeron que el primer mandatario está “dosificando” el nivel de belicosidad. “Es una de cal y una de arena, no podés ir siempre a confrontar”, explicó la dinámica un funcionario de su órbita a Infobae. Y destacó que el día previo, en Mendoza, a pesar de que el contexto en la provincia opositora era propicio para el regar el conflicto, también eligió palabras suaves.
El presidente y Ziliotto recorrieron la obra bajo el sol del mediodía, y después almorzaron junto a empresarios de Pampa Energía y Techint que llevan adelante la obra en un salón refrigerado. Los acompañaron el secretario de la Presidencia, Julio Vitobello, cada vez más afianzado como su mano derecha política -fue quien negoció, en nombre de la Casa Rosada, los apoyos en el interior para el juicio a la Corte Suprema-, y la portavoz, Gabriela Cerruti. A los directivos de las compañías, el jefe de Estado les prometió “todos los recursos que necesiten” y les pidió que “terminen en los tiempos previstos las obras”, informaron desde el Gobierno.
El presidente, sin embargo, tuvo tiempo para hablar a solas con Ziliotto, en los trayectos en helicóptero y por tierra para llegar al desértico terreno donde se ubica la obra. Hablaron de política, y de elecciones. “Alberto le puso a disposición todo lo que necesite para obtener un triunfo y Sergio se lo agradeció”, dijeron fuentes del Gobierno nacional a Infobae.
En Casa de Gobierno, sin embargo, desmintieron esa conversación. “Entre el presidente y el gobernador no se habló del tema electoral. No se corresponde con la realidad de lo sucedido ayer. Solo se habló del gasoducto”, dijeron fuentes oficiales a Diario Textual.
También estaba previsto que asistiera el ministro de Economía, Sergio Massa, virtual competidor de Alberto Fernández en la carrera por la Presidencia (aunque por ahora asegura que no tiene intenciones y evita confrontar con el jefe de Estado). Sin embargo, ayer sobre la hora trascendió que no estaría. En la Provincia no tuvieron referencias sobre el motivo del faltazo; y en el entorno del titular de Hacienda dijeron que tuvo un problema de salud.
Decidido a competir más allá de todo, el presidente prepara el terreno en el interior. Se mira en los ojos de los vecinos de las localidades que visita -ayer estuvo una hora con los habitantes de Doblas en el Club Independiente- y se toma selfies, que luego distribuye. Hace tiempo que no dice que quiere competir -la última vez fue hace meses- pero está trabajando para ello. Lo dicen sus colaboradores, y lo evidencias sus pasos, que durante los próximos meses estarán guiados por el cronograma electoral de las provincias.