Los investigadores están tratando de determinar si el suicidio de Darío Balsa, exintendente de Eduardo Castex y exsubsecretario de Salud de La Pampa, fue instigado. Por lo pronto, se espera que en esta semana se abra y se empiece a analizar el teléfono celular de una militante del peronismo que -sospecha la familia de Balsa- lo podría haber estado acosando.
Balsa murió cerca del mediodía de ayer, en el Hospital Lacoste, de Castex, donde trabajaba. Ingirió, supuestamente, un cóctel de pastillas. Dejó una carta a sus familiares.
Allegados dijeron a las autoridades judiciales que había tenido recientemente algunas reuniones con una mujer, militante del peronismo de Castex: la sospecha -no comprobada aún- es que podría haber sido amenazado o extorsionado.
Ayer, las autoridades ingresaron a la casa de la militante, en el barrio Sur de Santa Rosa, y le secuestraron el teléfono celular.
“En principio, está totalmente descartada la posibilidad en este caso de un tema amoroso”, dijeron investigadores a Diario Textual. Presuntamente, esta mujer lo acosaba con una presunta irregularidad en la labor médica.
Incluso es la misma militante a la que un sector del peronismo la sindica como la que “rompió” la lista de unidad del peronismo en Castex: Balsa iba a ser el candidato a intendente para las elecciones del 14 de mayo, pero por presiones se decidió bajar.
El teléfono será peritado en los próximos días. Además es probable que se abra el celular de Balsa.
El artículo 83 del Código Penal establece que “Será reprimido con prisión de uno (1) a cuatro (4) años, el que instigare a otro al suicidio o le ayudare a cometerlo, si el suicidio se hubiese tentado o consumado”.
¿Puede prosperar una causa contra esta mujer? Sería muy difícil, reconocen abogados que conocen el Código Penal: se debe probar que ha habido una instigación al suicidio, es decir, ayudar o empujar a cometer el acto de quitarse la vida. No alcanza con una amenaza.