A cinco años del comienzo de la Causa Cuadernos que sacudió a la política, a la Justicia y al mundo empresario, un peritaje caligráfico ordenado en los tribunales de Comodoro Py determinó que las irregularidades detectadas en los anotadores del chofer Oscar Centeno habían sido hechas por Jorge Bacigalupo, el expolicía y amigo del remisero que había quedado al cuidado de los manuscritos antes de que llegaran a manos de la Justicia.
“Con las limitaciones detalladas tanto e indubitado como el estudio mediante imágenes debitadas Ilue impiden visualizar particularidades del sustrato como surcado de los trazos, se infiere que formalmente surge la intervención del Sr. Jorge José Bacigalupo en la confección de las leyendas agregadas y enmendadas existentes en CUADERNO 7 — “Armando” – 29108/2013 (DSC 0322) y 10/09/2013 (DSC 0333), CUADERNO 7 — “Alem 855? — 25/07/2013 (DSC 0307), CUADERNO 7 — “X55? — 10/09/2013 (DSC 0333), y CUADERNO 4 — “Ing. Ferreyra” —”, indica el peritaje que lleva la firma de los expertos de la Policía Federal, División Scopometría, que analizó las piezas, junto a los peritos de la querella de Armando Loson y de la defensa de Bacigalupo.
A lo largo de una veintena de páginas, el análisis repasa detalle de los trazos de la escritura del amigo de Centeno en relación a las enmiendas detectadas. Y deja ver que a la escritura de Bacigalupo le faltaba “espontaneidad” cuando hizo el peritaje ordenado por el juez Marcelo Martínez de Giorgi.
“Resulta destacable el repaso o enmienda en algunos signos literales tales como la “y”, “r”, “n”, tachaduras, varianzas de inclinación, presionado, como de magnificación y compresión de palabras; todo ello indicativo de la falta de espontaneidad en su concreción, lo que, si bien puede ser atribuido a un estado de nerviosismo del acto propio, resulta destacable y pasibles de mención en las variaciones ejecutivas desplegadas a lo largo de la formación de dicho cuerpo”, agrega el informe.
Con estos resultados, el juez Martínez De Giorgi ordenó el análisis de los teléfonos y las computadoras que se habían secuestrado en la casa de Bacigalupo el 10 de mayo pasado en un allanamiento y que habían quedado a la espera de análisis frente a los resultados de este peritaje.
Precisamente, el análisis de este material se hizo sobre copias digitales de los manuscritos. Y solo sobre las enmiendas que denunció Loson, no sobre la totalidad de los cuadernos.
El Tribunal Oral Federal 7, que tiene en sus manos las piezas que aparecieron en 2019, se negó a entregar los originales para este análisis. La fiscal de juicio Fabiana León, además, fue crítica ante el TOF por la existencia de esta causa en el cuarto piso de Comodoro Py, que tiene como denunciante a uno de los empresarios procesados en la causa principal.
La causa que lleva Martínez De Giorgi investiga las irregularidades denunciadas por el empresario Armando Loson en las hojas que aludían a él. Un peritaje caligráfico ya determinó que hubo otras manos que escribieron los cuadernos además de las de Centeno. La pregunta era entonces quién los pudo haber manipulado. El juez dispuso analizar los registros caligráficos oficiales de Hilda Horowitz, la exmujer de Centeno, y de Bacigalupo, el amigo de Centeno.
Según consigna Infobae, el análisis sobre la letra de la mujer dio negativo, pero el estudio sobre la letra de Bacigalupo abrió las sospechas. “No puede descartarse una posible participación del nombrado en las alteraciones y/o modificaciones de los manuscritos cuestionados, cuya sospecha habilita a indagar en la recolección de otras pruebas válidas para el éxito de la investigación”, sostuvo el informe.
Frente a eso, el juez Martínez de Giorgi dispuso allanar la casa de Bacigalupo, en la calle Moldes en el barrio de Belgrano, para secuestrar “todo tipo de anotaciones, manuscritos en original o copia” y “dispositivos electrónicos (teléfonos, celulares, notebook, tablets, computadoras, pendrives, tarjetas de memoria, micro SD, discos rígidos, discos externos, aparato electrónico, informático y/o digital, como cualquier otro dispositivo que permita -entre otras funciones- almacenar datos y registrar información que hubiere en el lugar”.
En la megacausa de los cuadernos, ya elevada a juicio oral, son muchos los empresarios acusados que siguen con atención el curso de esta denuncia. Varios de los acusados habían pedido inicialmente una pericia sobre los cuadernos pero no tuvieron suerte.