La Justicia otorgó la semana pasada la libertad condicional a los exmilitares Horacio Losito y Julio Rafael Barreiro, ambos condenados a perpetua por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura. Losito, en la década del 90, fue jefe del Regimiento de Infantería Mecanizado 6 ubicado en Toay.
Este lunes se conoció que el Ministerio Público Fiscal apelará el fallo del Tribunal Oral Federal de Resistencia, para el caso de Horacio Losito. La fiscalía resaltó que el militar podría obstaculizar la búsqueda de los desaparecidos de la masacre de Margarita Belén que está actualmente en marcha y centrada en hallar los restos de Fernando Pierola, Roberto Yedro y Reynald Amalio Zapata Soñez, ya que se pudo reconstruir que el cuarto cuerpo –el de Julio Andrés Pereyra– había sido arrojado a las aguas del Río Paraná y enterrado como NN en el cementerio de Empedrado, Corrientes.
El fiscal Diego Vigay confirmó a Página/12 que recurrirá la libertad de Losito ante la Cámara Federal de Casación Penal.
Losito es un viejo conocido de la familia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, ya que combatió en Malvinas con su padre y tenía tres condenas en su haber: una a prisión perpetua por la masacre de Margarita Belén y dos a 25 años dictadas en Corrientes. Fue detenido en octubre de 2004. Desde abril de 2020 estaba en prisión domiciliaria, beneficio al que accedió durante la pandemia.
El 13 de diciembre se cumplieron 47 años de la masacre de Margarita Belén, cuando once presos políticos fueron fusilados y otros cuatro desaparecidos.
En el caso de Rafael Barreiro, el Tribunal Oral Federal (TOF) de Corrientes fue el que concedió la libertad condicional. El militar estaba condenado a prisión perpetua por crímenes en el Regimiento de Infantería 9 y cumplía una prisión domiciliaria en Curuzú Cuatiá, ya que había sido separado de los procesos por incapacidad sobreviniente.
Barreiro tendría que haber salido en libertad el 12 de octubre de 2024. Sin embargo, Casación le concedió trece meses de reducción por la aplicación del estímulo educativo. De esa forma, el plazo para la libertad quedó fijado para el 12 de septiembre de este año. Lo curioso es que recién se cumplió tres meses después, cuando ya había un nuevo gobierno en la Casa Rosada.
Para ambos represores su liberación fue festejada por represores y organizaciones negacionistas como un triunfo y un cambio de época en los juicios por el terrorismo de Estado.