El Gobierno provincial enfrenta un 2024 con una certeza: tiene muchos menos recursos a raíz del fortísimo ajuste de Javier Milei y debe, a su vez, incrementar los gastos para sostener un plato de comida a los sectores vulnerables, y reforzar el sistema de salud, educación y seguridad. Paralelamente, a raíz de tener que sostener esas prioridades, no cuenta con fondos extras para industrias, comercios y campo.
“Se viene una tormenta perfecta”, les avisó el gobernador Sergio Ziliotto a empresarios y funcionarios, en una reunión, la semana pasada.
La Pampa, indefectiblemente, detendrá el crecimiento que venía sosteniendo desde los últimos años, a raíz del fortísimo ajuste del presidente.
No podrá desplegar más ayudas con subsidios de tasas de créditos a comercios, industrias y campo. Solo prometió mantener los acuerdos ya pactados. En el encuentro se vio a un Ziliotto pesimista. Muy pesimista. Hasta él mismo lo admitió. “No creo que desde el Estado podamos mantener el nivel de asistencia e intervención (hacia las empresas)”, les dijo a los empresarios.
Ziliotto advirtió que, con las medidas de Milei, directamente se va a destruir la industria. “Vamos a un escenario de primarización de la economía, con una dependencia muy fuerte del valor de los commodities”, sostuvo.
“Desde el punto de vista de las finanzas, vamos a acceder a una tormenta perfecta, nos van a bajar los recursos y aumentar el gasto”, expresó.
En ese marco, se va a vaciar la coparticipación. Seguirán llegando recursos, pero muy escasos. Eso ya tiene un impacto directo en los 80 pueblos: menos obras, más desocupación y más asistencia social.
Para Ziliotto, el modelo Milei achica la economía: transfiere recursos de las Pymes y las clases medias y bajas a los sectores concentrados de la economía. Además, hay una gran transferencia de recursos de las provincias a la Nación.
El gobernador dijo que habrá más necesidad de asistir a sectores vulnerables -en gran parte eso también recaerá en cada intendente e intendenta-, más atención en los hospitales públicos a raíz del encarecimiento de las prepagas, y mayor demanda de educación pública por la suba de los costos de los colegios privados. Incluso deberá incrementar los fondos en el área de seguridad por el posible aumento de la conflictividad social.
Además, se espera, como ya advirtió Diario Textual, de la posibilidad de una creciente conflictividad con los sindicatos estatales: la cláusula gatillo ya es historia y es casi imposible, en este escenario, que Casa de Gobierno pueda mantener los aumentos salariales a la para de una inflación que está en alrededor del 200 por ciento.