En una movida inédita, el Gobierno nacional decidió negociar otro dictamen al votado en la madrugada de este miércoles sobre la ley ómnibus y patear la sesión, en medio de la confusión y el escándalo, para la semana que viene.
Según lo que publicó La Política Online, todo fue muy irregular. En la madrugada de este miércoles, durante el debate en el plenario de comisiones, los secretarios parlamentarios de La Libertad Avanza (LLA) y los bloques aliados se movían entre las sillas de los legisladores para pedirles que estamparan su nombre en las hojas que llevaban en sus carpetas. Sin embargo, el expediente sobre el cual discutían no aparecía.
Fue tan así que excepciones negociadas, como cero retenciones al maíz pisingallo que pidió Córdoba o mantener el subsidio eléctrico a zonas frías y tantas otras, entraban y salían de los distintos borradores de dictámenes que circulaban.
Lo que estaba sucediendo era producto de un nuevo capítulo de la improvisación del gobierno de Javier Milei, que había mandado a la oficina de Martín Menem en la Cámara Baja al asesor Santiago Caputo y un junior de Federico Sturzenegger para ultimar los detalles del dictamen con los jefes de las bancadas del PRO, la UCR y el bloque de Pichetto.
Por esa razón, el despacho de mayoría terminó juntando 34 firmas en disidencia y solo 21 a favor. Se resolvió votarlo igual sólo para evitar que el kirchnerismo se alzara con el triunfo político de conseguir el dictamen de mayoría. Un día después, el Gobierno cayó en la cuenta que con esa aritmética quedaba seriamente expuesto a una derrota en el recinto.
El diputado nacional Martín Ardohain (PRO, La Pampa) admitió los cambios que se están introduciendo. “El dictamen es el que circuló, igualmente se siguen haciendo modificaciones hasta el día de la sesión”, escribió en X.
El diputado nacional Ariel Rauschenberger (peronismo, La Pampa) dijo a Diario Textual que hay “irregularidades” evidentes. “Esta es la manera en la que se está manejando el oficialismo de La Libertad Avanza, con el resto de bloques de la oposición que los estarían acompañando. Evidentemente esto muestra que han dado un cheque en blanco”, sostuvo.
“Se confirmó lo que suponíamos: que no sabían lo que estaban firmando, que no han leído el contenido de lo que dice el proyecto y que es un cheque en blanco para una delegación de facultades que avanza sobre el Congreso y que es la suma del poder público en manos del presidente y el cierre del Congreso. Lamentablemente, contiene un montón de medidas que perjudican a la mayoría de los argentinos”, dijo.
“Esto confirma que no tienen los votos para sesionar mañana, porque la idea era que hubiera sesión casi en forma inmediata”, manifestó.