Juntos por el Cambio intentará este domingo hacer historia y romper la hegemonía justicialista que desde 1985 no perdió ninguna elección legislativa en La Pampa.
La coalición está conformada por la Unión Cívica Radical (UCR), Propuesta Federal (PRO), el Movimiento Federalista Pampeano y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
En La Pampa se ponen en juego tres senadores nacionales -hoy, dos en manos del peronismo y uno en la oposición- y tres diputados nacionales -dos del oficialismo y uno de la oposición-. Quien gane, se lleva dos de cada categoría.
Encolumnados detrás del radical Daniel Kroneberger (candidato a senador) y el macrista Martín Maquieyra (va por su reelección en la Cámara de Diputados), la coalición opositora buscará arrebatarle bancas al oficialista Frente de Todos y dejarlo sin quórum propio en el Senado, controlado por la vicepresidenta Cristina Fernández.
Los postulantes de Juntos nacionalizaron la campaña. Se centraron en un discurso que buscó el voto bronca: la necesidad de lograr un “equilibrio” en el Congreso, de ponerle «un freno al kirchnerismo» y en “recuperar la tranquilidad” de la gente.
Dirigentes de peso, tanto del radicalismo como del PRO, visitaron La Pampa para apuntalar a los y las postulantes de Juntos.
Ellos mismos lo dijeron: es una elección clave, por lo que las miradas de buena parte del país están puestas en la provincia. Es que si Juntos retiene los votos de las cinco listas que compitieron en las PASO de septiembre, le arrebatará un senador y un diputado al PJ. El antecedente de 2017 no lo favorece: en esa elección el peronismo revirtió un resultado similar y se impuso por apenas 76 votos.
El escenario, sin embargo, se modificó. Hace cuatro años, el peronismo estaba totalmente alineado y conducido por el entonces gobernador Carlos Verna, que hizo una campaña contrastando fuertemente contra el Gobierno de Mauricio Macri.
Ahora, en cambio, en el sillón de la Casa Rosada está sentado Alberto Fernández, un peronista y aliado del gobernador Sergio Ziliotto.
Además, en el frente peronista se desató una sangrienta interna que traccionó para JxC: Verna no apareció y no respaldó a los candidatos de Todos e incluso sus incondicionales hicieron la plancha en buena parte del tramo de la campaña.