En un plenario de las comisiones de Legislación Social, Derechos Humanos, Hacienda y Presupuesto los diputados y diputadas provinciales trataron este miércoles el proyecto de ley de Seguridad Ciudadana, que reemplazará las normas jurídicas de facto hoy vigentes. Acordaron sacar despacho en los próximos días.
El proyecto apunta a la profesionalización de la policía e implica un cambio de paradigma en su formación. Contempla, entre otros puntos, un cambio en el Instituto de Formación Policial que con la nueva ley se llamará Instituto de Seguridad Pública y Ciudadana. En ese ámbito funcionará un consejo asesor, donde el rector podrá ser un policía retirado o un civil, y ese rector va a estar acompañado por un equipo técnico, con licenciados en pedagogía y en psicología.
Se le reconocerán los derechos a las mujeres como la licencia por maternidad y el permiso para amamantar a su hijo o hija.
Plantea además la conformación de una comisión que se aboque a atender las condiciones laborales de la policía. La misma estará conformada por el Ministerio de Seguridad, la Jefatura de Policía, las unidades regionales y un policía por jerarquía.
Otro de los puntos de la ley tiene que ver con el bienestar policial. Se propone el cambio de Servicio Social por un departamento que se llamará Bienestar Policial, donde se abordarán distintas problemáticas y se brindará contención psicológica y psiquiátrica a los y las policías en funciones.
Se capacitará a los policías en diversidad de géneros y en el apartado referido a las sanciones se le dará una “vía recursiva” a los policías.
Desde que se presentó el proyecto, en agosto de 2020, muchos actores sociales pasaron por la Legislatura para hacer aportes. Uno de ellos fue la Colectiva por una ley de Seguridad Ciudadana que propuso, entre otras cosas, crear la figura del defensor de los derechos del policía y reclamó que los agentes no porten el arma reglamentaria cuando no están de servicio. Esto fue un fuerte pedido que surgió luego de los casos de femicidios seguidos de suicidios en Santa Rosa, que terminaron con la vida de dos mujeres, Susana Muñoz (51) y Marianela Merino (30).