En el marco de la convocatoria a una nueva Marcha Federal Universitaria, que se llevará a cabo este miércoles 2, para reclamar por la promulgación de la Ley de Financiamiento Educativo, el Observatorio Universitario de Economía (Facultad de ciencias Económicas y jurídicas UNLPam) elaboró un informe titulado «Crisis en el sistema universitario nacional: Deterioro presupuestario, salarial y el futuro incierto de la universidad pública». Uno de los datos más impactantes es que los docentes ganan menos que las empleadas de casas particulares.
Este documento analiza la situación de las universidades ante los recortes presupuestarios y la emergencia salarial que afronta el sector, donde dos de cada tres docentes universitarios perciben haberes por debajo de la línea de pobreza. Las políticas del plan económico nacional ejecutadas por el gobierno libertario ponen en riesgo la sostenibilidad de una institución trascendental en la historia de nuestro país
Según ese estudio, a septiembre de 2024, los salarios de los docentes universitarios deberían aumentar un 33,10% para recuperar el poder adquisitivo de noviembre de 2023 y un 89,36% respecto agosto de 2015.
“Las políticas del programa económico nacional durante los primeros meses de gobierno libertario, tienen una clara mirada ideológica y un plan de acción: privatizar todo lo que esté en manos del estado”, indicaron en el informe. “Este precepto ideológico no distingue ni evalúa el funcionamiento de cada institución y organismo a lo largo de su historia. Si puede ser privatizado, debe ser privatizado. Esta estrategia requiere un proceso preparatorio de cara a demostrar su mal funcionamiento: el desfinanciamiento y el desprestigio. En este marco se inscribe el embate del gobierno nacional contra la Universidad Pública y han puesto en riesgo la sostenibilidad de una institución trascendental en la historia de nuestro país por más de 70 años. Al brutal recorte en las partidas presupuestarias asignadas a gastos de funcionamiento de las universidades nacionales de principio de año que llevó a declarar la emergencia presupuestaria, se suma la pérdida salarial significativa del personal docente y no docente, que ha derivado en la posterior declaración de la emergencia salarial”, expresaron.
“Ante este panorama desolador de recorte de recursos presupuestarios a las dos partidas presupuestarias que garantizan la sostenibilidad del sistema universitario nacional, la aprobación de la Ley de Financiamiento Educativo abrió una esperanza a la lucha de las universidades nacionales, en conjunto a la comunidad durante este 2024, que amenaza con quedar truncada ante la ya manifestada voluntad de veto por parte del presidente Javier Milei. Bajo la excusa de déficit cero, el gobierno se niega a aprobar una ley que sólo destina el 0,14% del PIB al financiamiento sostenible del sistema universitario nacional. Este monto resulta considerablemente inferior al aumento de la recaudación de 0,65% del PBI, prevista en el presupuesto oficial 2025, que implica la reinstauración del impuesto a las ganancias sobre los trabajadores”, dijeron.
El ajuste presupuestario sobre las universidades nacionales afecta seriamente la evolución de los salarios del personal universitario, docente y no docente, respecto a la evolución de la inflación y cambio de precios relativos de la economía.
En el estudio indicaron que los salarios reales de los docentes universitarios no son ajenos a la crisis económica nacional y transitan su peor momento desde 2015 a la fecha. Sólo para recuperar el poder adquisitivo de noviembre de 2023, los docentes universitarios debieran recibir un aumento de 33,10% en sus salarios respecto a los valores liquidados en septiembre 2024. Los últimos dos aumentos salariales para las categorías docentes y no docente de las universidades nacionales quedaron por debajo de los niveles de inflación, demostrando la escasa voluntad del gobierno nacional por subsanar la situación.
Al analizar la evolución del salario de un docente Jefe de Trabajos Prácticos con dedicación semi exclusiva (20 horas), en términos reales, el salario pasó de $836.530,58 en agosto de 2015 a $453.901,49 a julio de 2024, lo que significó una reducción de casi la mitad (- 45,74%).
Otra forma de visualizar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios docentes es compararlo con la pérdida salarial de otros sectores de la economía. Si bien los salarios de los docentes universitarios se han posicionado por debajo de la inflación desde el año 2015, durante los primeros 7 meses de gobierno, la tendencia regresiva se ha profundizado y se acumula una pérdida salarial del 25,59% sólo en ese periodo. Según un estudio de CONADUH de mayo de 2024, dos de cada tres docentes universitarios se encuentran por debajo de la línea de pobreza.
Los datos son contundentes. Durante el periodo de noviembre de 2023 a junio de 2024, los salarios de los docentes universitarios perdieron respecto a la inflación aún más que los trabajadores del sector informal, lo que evidencia el brutal desfinanciamiento al personal de las universidades nacionales.
Al comparar los convenios colectivos de trabajo de los sectores económicos más representativos en la masa salarial pampeana, los salarios universitarios se posicionan en los estratos más bajos de la tabla.
Contemplando las liquidaciones de sueldo básico más el beneficio de 30% por zona patagónica que recibieron los asalariados en la provincia de La Pampa, al mes de julio de 2024, los salarios universitarios se posicionan en valores por debajo de los salarios abonados a trabajadores de bancarios, comercios y empleadas de casas particulares.
La educación pública, gratuita y de calidad carece de salarios dignos que le permitan, a la mayoría de sus docentes, dedicarse plenamente a la docencia, investigación y extensión y continuar con su formación de grado con niveles merecedores de calidad de vida. Para equiparar la retribución a un empleado/a de casas particulares dedicado a cuidados y asistencia de personas, un ayudante de primera con dedicación simple de la UNLPam necesitaría 3,17 sueldos básicos. Asimismo, un JTP con dedicación semiexclusiva necesitaría 4,99 salarios para equiparar su retribución respecto a un administrativo bancario de un año de antigüedad, lo que significaría 80,76 horas de trabajo adicionales a las trabajadas para alcanzar dicho monto.